El Obispo dirige desde Setúbal una carta a los jóvenes cordobeses acogidos en Abóboda que todos pueden leer en la APP de la delegación diocesana de juventud
«Queridos jóvenes de Córdoba», con este encabezamiento, el obispo de Córdoba se dirige hoy desde Setúbal a los peregrinos cordobeses que viven la JMJ acogidos en Abóboda. Al tiempo, don Demetrio acompaña a otros jóvenes españoles, mexicanos y de otras nacionalidades en el polideportivo de esta ciudad portuguesa a los que ofrece la confesión, momentos de adoración y catequesis. Otros momentos de encuentro con los cordobeses están muy cerca. Entretanto, el obispo manifiesta su alegría por los días que «estamos disfrutando todos de esta universalidad y de esta juventud que muestra la Iglesia católica, de la que nos sentimos hijos fieles hoy más que nunca».
En su carta, el Obispo retoma las palabras pronunciadas ayer por el Papa en las que exclamaba que en la Iglesia cabemos «todos, todos, todos» y afirma que «nadie se sienta excluido, porque en el corazón de Dios cabemos todos, con lo que somos, con lo que tenemos, con lo que no tenemos. Dios nos llama para dárnoslo todo, confía en él y vive como hijo, como hija que tiene un Padre omnipotente».
El Obispo continúa dirigiendo a los jóvenes preguntándoles si creen que el perdón de Dios puede hacerlos nuevos y emplea para los jóvenes palabras que explican la «misericordia de Dios contigo, conmigo, con todos. Porque ese amor tan grande de Dios, que se ha manifestado en el Corazón de Cristo, se dirige a personas, como tú y como yo, que le hemos rechazado mil veces, que no le hemos hecho caso, que le hemos aplazado la respuesta». Tras esta pregunta, el Obispo invita a los jóvenes cordobeses a acercarse siempre a ese perdón «que te renueva, que te da un corazón nuevo. Y cuenta con ese perdón para toda tu vida, no te faltará».
En la misiva, don Demetrio comparte con los jóvenes la experiencia de ayer en el Parque del Perdón de la Ciudad de la Alegría, -un espacio que hoy visitará el Papa-, donde administró el sacramento de reconciliación. En este sentido, monseñor Demetrio Fernández, reconoce su asombro por haber sido hecho ministro por Jesucristo para dar su perdón y su misericordia y pide a los jóvenes que rueguen para que «nunca nos falten sacerdotes que sean ministros del perdón de Dios en el sacramento, que nunca nos falten personas que muestran esa misericordia de Dios en tantas obras sociales, de rehabilitación, de acompañamiento de los heridos por la vida. Que nos falte nunca su misericordia, un amor que no se cansa ni se enfada, sino que nos restaura y nos diviniza».
Al finalizar su carta, el Obispo celebra los días de alegría que junto a los jóvenes está viviendo y señala que «por todas partes me hablan muy bien de los jóvenes de Córdoba, y eso me ensancha el corazón»
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