Coronación canónico pontificia

Diócesis de Córdoba
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De María Santísima de Belén de Palma del Río. El pasado 8 de mayo a las 19:00 h. comenzó la solemne eucaristía en honor a nuestra Santísima Virgen de Belén. Durante tres años han estado preparando el magno evento de la Coronación canónico pontificia de la patrona. En el 2007 se dieron los primeros pasos, se cruzaron las primeras cartas con nuestro anterior Obispo D. Juan José Asenjo, se tanteó la posibilidad de la Coronación con el Ayuntamiento de Palma del Río, se hicieron varias publicaciones en diferentes medios de comunicación. Por indicación de D. Juan José Asenjo Pelegrina en el año 2008 se constituyó una comisión especial para la organización del acontecimiento. Esta comisión estaba compuesta por los párrocos del pueblo, por miembros de la Junta de Gobierno de la hermandad de la Virgen de Belén, por representantes del Consejo de Hermandades, por profesores del Colegio Inmaculada (franciscanas), y por diferentes componentes de: Manos Unidas, Caritas, Paz y Bien, catequistas. Ha sido fundamental la buena disposición del Ayuntamiento de Palma del Río; su aportación económica, la infraestructura, el personal, la buena voluntad política, han hecho posible que todo un pueblo disfrute de un día maravilloso e inolvidable. La organización, dirigida y coordinada, por Juan Carlos Limones Caro, secretario de la hermandad de la Virgen de Belén, fue perfecta, a pesar de que todos eran voluntarios sin ninguna experiencia en este tipo de concentraciones.

Seis mil doscientas personas asistieron a la Eucaristía presidida por el Arzobispo de Sevilla, D. Juan José Asenjo Pelegrina, y concelebrada por el Arzobispo D. Justo Mullor, y el actual Obispo de Córdoba, D. Demetrio Fernández González. Un grupo numeroso de sacerdotes de diferentes puntos de nuestra Diócesis tampoco quisieron perderse el acto de la Coronación. También, acudieron los dos Vicarios Generales, varios vicarios territoriales, y por supuesto, un gran número de  autoridades civiles y personalidades. Muchas personas no pudieron acceder al recinto amurallado ya que su capacidad era limitada, no obstante, han podido disfrutar de la Eucaristía desde las vallas exteriores y posteriormente de la procesión con la Virgen Coronada hasta la parroquia de San Francisco donde fue recibida con fuegos artificiales. Otros muchos prefirieron seguir la Santa Misa por la televisión local e incluso por Internet. La perspectiva desde el presbiterio era hermosísima, con la parroquia de la Asunción al fondo y una multitud que gritaba: ¡Viva la Virgen de Belén Coronada!

El momento más emotivo fue, sin duda, la Coronación. El secretario de la comisión, Teodoro González, leyó el Decreto de la Coronación; los padrinos: Eloy Viro, Inés Domínguez, Belén González, llevaron las coronas a los señores obispos; D. Demetrio coronó la imagen del Niño Dios, y D. Juan José, la imagen de la patrona. Repicaron las campanas, se lanzaron cohetes, los niños de primera comunión (más de trescientos) encendieron sus bengalas, se soltaron los globos, los aplausos inundaron el recinto amurallado de Palma del Río. La famosa cantante local, Inma del Río, entonó el Ave María. Desde el altar se observaba cómo mucha gente se abrazaba y lloraba de emoción.

Uno de los actos de preparación para la Coronación que más gustó a la gente fue la misa con niños que celebró la víspera de la Coronación, el señor obispo de Córdoba, don Demetrio. Casi todos los niños que este año han hecho su primera comunión acudieron a la cita con el obispo, quien sorprendió a todos por su capacidad de adaptación a los niños y por la paz que transmitía en todo momento, sin aspavientos, ni malos modos, a pesar de los fallos que, siempre los hay, en estas celebraciones. Supo como buen maestro y pastor ganarse el cariño de los niños y mayores.

Dos horas más o menos duró la ceremonia, y casi cinco horas, la procesión con la Virgen Coronada porque se iba deteniendo en los altares que habían montado de forma espectacular las hermandades y cofradías de nuestra localidad. Todo el mundo miraba al cielo, primero por agradecimiento a Dios, y segundo por preocupación porque amenazaba lluvia, sin embargo, ni el agua ni el viento echaron a perder el día. La Virgen paseó por las calles del pueblo que estaban adornadas con banderitas, macetas, colgaduras, antorchas, y a su paso llovían, desde los balcones, cientos de pétalos de rosas. En su recorrido estuvo acompañada la Virgen  por mujeres vestidas de mantilla blanca, por dos bandas de músicas, por las hermandades y cofradías, por los dos párrocos, por el señor alcalde, y cómo no, por el pueblo de Dios.

Como fruto de la Coronación, en el plano social, ha quedado un proyecto en Anjara (Jordania); se trata de un orfanato, con quien se ha colaborado económicamente, también se ha cooperado con el seminario de San Pelagio de Córdoba y con Cáritas de Palma del Río. En el plano más espiritual se han hecho misiones marianas con los Heraldos del Evangelio, quienes visitaron casi doscientas casas con la imagen de la Virgen de Fátima; ellos mismos reconocen que ha sido uno de los pueblos, de los que han visitado, más agradecidos y que mejor han respondido. También desde la parroquia de la Asunción se organizó una peregrinación a Tierra Santa que resultó ser una experiencia transformadora para los que pudieron venir; esa vivencia nos ayudó a crecer en comunión y acercó a algunos a la Iglesia.

Muchas personas que han venido estos días a la Iglesia a recibir el Sacramento de la Reconciliación, decían: “Padre, que quiero confesarme para lo de la Coronación de la Virgen”. Pidamos a María que todo esto desemboque en una renovación espiritual, en una nueva evangelización, en vocaciones para la Iglesia, y por supuesto, para que crezcamos en santidad. Como consiliario de la Hermandad de la Virgen de Belén, sólo tengo palabras de agradecimiento a Dios y a las personas de la comisión procoronación Virgen de Belén, con las que he llegado a tener verdadera amistad y admiración por su fe sencilla, aunque sería injusto felicitar sólo a los de la comisión ya que han colaborado y participado muchísimas más personas, cada una según sus talentos y posibilidades. De todos los problemas, uno a uno, hemos ido saliendo, y lo que al principio no se veía con claridad y dudábamos, día a día se ha ido aclarando. Los sofocones, los disgustos, las preocupaciones, todo ha merecido la pena, porque al final lo que más llena el corazón de los que intentamos trabajar por el Reino de Dios es contemplar a tanta gente agradecida y feliz por la experiencia religiosa vivida. Sólo hubo algo que entristeció el día, echamos de menos a los anteriores párrocos: Francisco y Sebastián, que desde el cielo, seguro, han disfrutado de la Coronación, y personalmente yo me acordé mucho de don Virgilio Valle, uno de los padrinos de la Coronación que no pudo asistir por motivos de salud. Nada sucede por casualidad, el por qué ahora la Coronación, y no antes ni después, sólo Ella lo sabe, pero lo cierto es que la Virgen reclamaba su sitio, su corona y su reinado en Palma del Río, y ya lo tiene.

David Aguilera Malagón
Consiliario de la Hermandad de la Virgen de Belén.

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