Un año más, tras procesionar por los alrededores del Santuario, el Obispo de Córdoba ha presidido la celebración eucarística ante un templo repleto de fieles.
El Santuario de la Fuensanta ha acogido un año más la fiesta de la patrona de la ciudad en el día de la Natividad de la Virgen María.
Eran las 9 de la mañana cuando la imagen de la Fuensanta atravesaba la puerta principal de su templo para recorrer los alrededores de su Santuario. Mientras tanto, miles de fieles aguardaban su salida y acompañaban a la Virgen durante su recorrido.
Representantes de todas las Hermandades de la ciudad, la Agrupación de Cofradías, así como el Obispo y el clero parroquial, realizaron el itinerario junto a la patrona de la ciudad.
Dos horas más tardes, a las 11 de la mañana, la Virgen regresaba a su Santuario donde posteriormente, el Obispo acompañado por miembros del Cabildo Catedral y el clero parroquial, presidió la Eucaristía ante unas naves repletas de fieles.
En su homilía, don Demetrio Fernández comenzó recordando que hoy en una fiesta grande: «Es el día de la Fuensanta, la Virgen María Madre de Dios». Al mismo tiempo que aseguró que a la Madre de la Iglesia «tanto poderío y grandeza le viene del niño que lleva dentro, que es Jesús».
En otro orden de cosas, instó a los presentes a acercarse a la Virgen para orar y poner en sus manos las necesidades de cada uno, pidiendo especialmente por la reducción del paro y la desaparición de la corrupción. Al hilo de esto, recordando la convocatoria del Papa para la Jornada por la paz, el prelado manifestó que «la guerra y la violencia no arregla nada», por lo que animó a los presentes a pedirle a Dios y a la Virgen Santísima por la paz, «que es fruto de la justicia, que viene del respeto y los derechos fundamentales de cada uno».
Concluyó recordando que la fiesta de hoy es únicamente la fiesta de la Virgen de la Fuensanta a la que «nos dirigimos en este día para que siga bendiciendo nuestra ciudad».