El pasado Domingo, la Diócesis de Córdoba celebró la gran fiesta de la Eucaristía, el Corpus Christi, con la Santa Misa en la Catedral, presidida por Mons. Demetrio Fernández y concelebrada por el Clero Diocesano.
Cientos de fieles acudieron al templo mayor de la Diócesis, para participar en la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, con la celebración Eucarística que comenzó a las 8 de la mañana, presidida por el Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández.
Durante la homilía, el Sr. Obispo manifestó que “en este día rendimos homenaje y culto a Jesucristo” y “el pueblo cristiano expresa su gratitud en este día”. En este sentido, recordó que “nosotros no tenemos que ocultar nuestra identidad cristiana y católica, sino todo lo contrario para que de esta manera construyamos un mundo mejor”.
Asimismo, invitó a los fieles a acercarse al Sacramento de la Penitencia para poder recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo limpios de corazón. “Él ha venido para dárnoslo todo”, afirmó.
La ceremonia contó con la participación del Coro del Seminario “San Pelagio”.
Procesión del Santísimo Sacramento
Tras la Santa Misa, el Cuerpo Sacramentado de Cristo fue depositado en la Custodia sobre el paso adornado con rosas blancas y magnolias, comenzando así la procesión por las calles de la ciudad.
Los niños de primera comunión, la Agrupación y las hermandades de Córdoba, junto con las asociaciones religiosas, la Adoración Nocturna, seminaristas y el clero diocesano, abrían el cortejo en dirección a la Plaza de las Tendillas.
La Custodia entró a las calles de la Judería sobre una alfombra de romero y se fue deteniendo en cada uno de los altares colocados por las hermandades del Santo Sepulcro, la Universitaria, la Misericordia, el Amor, la Trinidad, el Carmen de San Cayetano, la Expiración, la Merced, el Remedio de Ánimas y la Sentencia.
Poco a poco, el paso fue avanzando entre lluvias de pétalos de flores, hasta llegar a la Plaza de las Tendillas. Una vez allí, en el Altar instalado por el Cabildo Catedralicio, Mons. Demetrio Fernández dirigió unas breves palabras a todos los fieles congregados en la plaza, tras una oración. "No tengáis miedo de mostrar vuestra fe, que no nos de vergüenza ser cristianos y actuar como tales", aclamó. Además, señaló que en este día en el que celebramos la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, también la Iglesia conmemora el Día de la Caridad, por lo que solicitó que tengamos siempre presente la caridad cristiana y a todos aquellos que están necesitados. "Pidamos a Cristo que pase esta crisis que afecta especialmente a los más necesitados", indicó. Asimismo, agradeció el trabajo que realiza Cáritas en nuestra ciudad, asegurando que gracias a ella comen miles de personas cada día. Terminó la alocución animando a los presentes a acudir a la JMJ de Madrid, el próximo mes de agosto.
Seguidamente, impartió la bendición con el Santísimo Sacramento, retomando la procesión por la calle Jesús y María.
Finalmente, la procesión con Jesús Sacramentado entró a la Catedral a las 12 del mediodía, concluyendo así su recorrido por las calles de la ciudad.
