Se cumplen cuatrocientos veinticinco años de la fundación del Seminario Conciliar de San Pelagio. Los actos centrales del 425 Aniversario de la Fundación del Seminario Conciliar San Pelagio se desarrollaron a lo largo de la jornada del 26 de junio con la presencia del Nuncio Apostólico de Su Santidad, Mons. Manuel Monteiro de Castro.
La jornada comenzó con la recepción del Nuncio por parte del Consejo Episcopal y el saludo del Rector del Seminario Mayor San Pelagio, D. Antonio Prieto Lucena, quién agradeció la presencia del Nuncio, así como de D. Mario Iceta Gavicagogeascoa, antiguo alumno y profesor del Seminario, en estas fechas.
Posteriormente, a partir de las 11:00 h. tuvo lugar, en la Capilla del Seminario Mayor, la conferencia de D. Manuel Nieto Cumplido, canónigo Archivero de la Santa Iglesia Catedral acerca de La fundación del Seminario Conciliar de San Pelagio mártir de Córdoba y su época. En ella destacó la novedad que introdujo el Concilio de Trento en la creación de los seminarios diocesanos que pasaban a depender de manera directa del Obispo diocesano y el impulso a la creación de estos seminarios en cada una de las Diócesis. Asimismo destacó las condiciones requeridas para el ingreso en el Seminario establecidas en dicho Concilio. Nieto Cumplido se centró también en la figura del Obispo fundador del seminario de Córdoba, Antonio Mauricio de Pazos y Figueroa. El proceso de creación del Seminario comenzó en agosto de 1583. El canónigo archivero de la SIC quiso destacar la presencia de los sacerdotes diocesanos, párrocos de la capital, en la fundación de dicho Seminario.
La Santa Iglesia Catedral acogió la Misa Solemne que comenzó a las 12:30 h. y que estuvo presidida por el Nuncio Apostólico de Su Santidad y concelebrada por el Obispo de Córdoba, D. Juan José Asenjo Pelegrina y el Obispo Auxiliar de Bilbao, D. Mario Iceta Gavicagogeascoa, así como por numerosos sacerdotes de la Diócesis cordobesa. Durante su homilía, Mons. Monteiro de Castro destacó la figura de San Pelagio quien “permanece en la memoria colectiva como símbolo del joven fuerte, de fe inquebrantable, alimentada por la sabiduría que viene de lo alto”. Señaló además que “nuestra meta es la vida eterna. Hemos llegado a este mundo sin nada y de este mundo partiremos sin llevar con nosotros, oro, plata o bienes materiales, sólo nos llevaremos el bien que hemos conseguido hacer y la alegría procedente del esfuerzo hecho por acoger la palabra de Dios, por cumplirla y por dar testimonio de nuestra fe”. El Nuncio de Su Santidad invitó a los asistentes a reflexionar acerca de la sabiduría que viene de lo alto, a través de los textos del Antiguo Testamento y del nuevo Testamento de la Misa celebrada y de la vida de San Pelagio. Mons. Monteiro de Castro destacó que el Evangelio de la Misa de Mártires señala que “lo más importante para nosotros es el alma, la vida eterna, ésta es nuestra meta. La confesión pública de nuestra fe, la coherencia entre fe y vida en el hogar en el trabajo en la sociedad o donde sea es indispensable para nuestra dicha, para nuestra salvación para nuestra felicidad eterna”. También se refirió a los sacerdotes que, desde hace más de cuatro siglos han salido de las aulas del Seminario San Pelagio y “que en las diversas tareas que les han sido confiadas han dado testimonio de su fe y han sabido actuar mirando las cosas de este mundo en perspectiva de la vida futura, en perspectiva de la eternidad”.
Tras la Santa Misa, por la tarde, la reliquia de San Pelagio que se conserva en el Seminario Mayor San Pelagio procesionó, de manera extraordinaria, desde la Santa Iglesia Catedral hasta la parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos, donde se celebró un Adoremus vocacional a partir de las 20:30 h. Durante su recorrido, la reliquia estuvo acompañada por sacerdotes y seminaristas cordobeses así como diversas personas que se sumaron a esta procesión a lo largo de las calles cordobesas.
