El pasado 17 de noviembre tuvo lugar una misa de rito mozárabe presidida por Manuel Pérez Moya.
Manuel Pérez Moya celebró la santa Misa por el rito hispano-mozárabe, en la Basílica Parroquial de San Pedro Apóstol ante un gran número de fieles. Los cantos estuvieron interpretados por los seminaristas del Seminario Mayor San Pelagio.
San Acisclo y Santa Victoria eran dos hermanos conocidos por su caridad y su entrega a los pobres y marginados. Era el año 303 y el pretor Dión mandaba en la ciudad, eran tiempos de Diocleciano y su amigo Maximiano. España estaba ya en gran parte cristianizada pero el gobernador denunció a Acisclo y Victoria por rebeldes a las leyes imperiales.
Victoria, tranquila y serena, le dijo al gobernador: “me harás un gran favor si cumples en mí las amenazas que me has lanzado. Vale más morir por Cristo que por todas las promesas que me haces”.
Los encerraron en los calabozos para hacerles nuevos interrogatorios. Después de desgarrarles sus pies, los echaron al fuego. Victoria gritaba y le cortaron la lengua y a Acisclo el cuello.
San Acisclo, mártir de los inicios del siglo IV se convirtió pronto en motivo de gloria para la Diócesis de Córdoba, donde se construyó una basílica en su honor.
Ambos son los primeros mártires de Córdoba y sus patronos.