Hoy se ha firmado en la Sede de Cáritas Diocesana un protocolo de colaboración entre Cáritas y el Centro Penitenciario de Córdoba.
Cáritas, una vez más, se une al dolor de los más débiles. Queremos que el amor de Cristo se haga presente también en las personas privadas de libertad, como decía Benedicto XVI, de ahí que "descubrir el rostro de Cristo en cada uno de los detenidos refleja adecuadamente vuestro ministerio como un encuentro vivo con el Señor. En efecto, en Cristo el amor a Dios y amor al prójimo se funden entre sí, de modo que en el más humilde encontramos a Jesús mismo y en Jesús encontramos a Dios" (Encuentro de pastoral penitenciaria, 6-9-07).
En este contexto, Cáritas Diocesana, en colaboración con el Centro Penitenciario de Córdoba y la Caja Mediterráneo, pone este piso de acogida con cuatro plazas y, dotado de los medios necesarios para desarrollar un recurso de reinserción social para personas que, privadas de libertad, comienzan la andadura de un futuro en sociedad.
