Camino de Caná: un itinerario para el noviazgo cristiano
11 febrero, 2021
El obispo de Córdoba recuerda en su carta pastoral de esta semana que “la fiesta de san Valentín viene a recordar esa belleza del amor humano, que forma parte de la constitución de la persona, y que está sometido a peligros y amenazas, también en nuestra época”
Camino de Caná nace para ponernos frente a la naturaleza del amor humano. Cuando se trata de compartir la vida de un hombre y una mujer dispuestos al matrimonio, el camino está lleno de amenazas y dudas ante el desafío de amar para siempre. La respuesta de amor humano que cada uno ofrece puede ser perfeccionada. Por eso, este proyecto diocesano, impulsado por la Delegación Diocesana de Familia y Vida, sirve para que los novios evalúen, acompañados, la decisión de responder a la belleza del matrimonio cristiano, centrados en la oración y desentrañando a la luz de la fe todas las etapas de su relación.
Novios que miran al cielo
Celebramos San Valentín, un sacerdote del siglo III, patrono de jóvenes enamorados que preparan con ilusión su matrimonio, con una nueva propuesta diocesana: un itinerario para jóvenes parejas que ya piensan en alcanzar el sacramento del matrimonio y vivir juntos la construcción de familias que tienen en el centro a Dios.
En este camino no están solos. Ana y Chiqui forman un matrimonio con una larga experiencia de Dios en su noviazgo. Ellos concretarán el desarrollo de este programa en un acompañamiento activo, volcado en buscar puntos de encuentro para novios cristianos de la Diócesis de Córdoba. Lo hacen “con mucha ilusión porque vemos la necesidad de no ir improvisando en la relación y para la Iglesia es necesario que los jóvenes sepan que pueden llegar al cielo junto a la persona que el Señor ha soñado para ellos”.
Camino de Caná es una propuesta pegada a la tierra que mira al cielo. Propone interiorizar la posibilidad de un matrimonio santo, “que no idílico”, apunta Ana, a lo que Chiqui suma la necesidad de una formación necesaria para el sacramento, porque “es necesario que los novios católicos que quieran vivir en profundidad su fe se formen, más allá del cursillo prematrimonial cuando la boda es inminente”. Esta es una preparación próxima al matrimonio pero no inminente a la fecha de la boda, se ofrece acompañar al noviazgo cristiano en esta etapa,”en un momento intermedio: una relación llamada a discernir el sueño que Dios tiene para esa pareja”, aseguran.
Los novios encontrarán una ocasión para la reflexión en el que deben estar abiertos a la voluntad de Dios, de modo que “si pasado un tiempo en Caminó de Caná, los novios entienden que no es su decisión plena estar juntos, deberán verlo”. Estas decisiones estarán acompañadas por los responsables del proyecto que depositan toda su ilusión en la idea de “trabajar juntos el noviazgo articulado en torno a otros recursos que ya están en marcha en la diócesis”. De manera coordinada, Camino de Caná, busca que se formen grupos en las parroquias que puedan ser acompañados por este joven matrimonio y está abierto a momentos de encuentro en la Diócesis.
La dinámica de Camino de Caná se basa en proporcionar material que puedan seguir desde sus parroquias los grupos de novios, también momentos de oración y de “encuentro entre esos distintos grupos reunidos en torno al Adoremus de novios o la peregrinación a Guadalupe”. Grupos parroquiales de novios y otros que puedan formarse tendrán citas periódicas para conferencias o presentaciones que alienten, modelen y anticipen respuestas al noviazgo cristiano. En todo momento, el proyecto quiere ser acompañamiento a los novios a través de reflexiones prácticas en las que detenerse porque, a veces, coinciden Ana y Chiqui, “estamos saturados de formación poco práctica que no acaba de responder a cosas obvias”. En este seguimiento de la pareja se enseña a dirimir pequeñas y grandes cuestiones que tendrán que decidir juntos como matrimonio cristiano más adelante: desde el número de hijos al cuidado de los mayores llegado el momento.
La experiencia les ha demostrado a Ana y Chiqui que a muchas parejas de novios les toca improvisar sobre decisiones en las que echan en falta la referencia del matrimonio cristiano al que aspiran. Muchas dinámicas del proyecto se verán modificadas por la pandemia, pero hay alternativas telemáticas para encuentros que les permita ahondar en la llamada a la santidad desde el matrimonio. Para ello, el programa define como necesidad principal “poner un cura en tu noviazgo y en tu matrimonio”, ya que todos los recursos están orientados a crecer como cristianos y “el día de mañana fundar una familia cristiana donde esté presente un sacerdote”.
+INFO caminodecana@diocesisdecordoba.es
