Así lo ha afirmado el Obispo en la tradicional misa en el santuario de la Fuensanta, donde se ha conmemorado la fiesta de la natividad de la Virgen María.
Como cada año, el Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández ha presidido la santa misa en honor a la Virgen de la Fuensanta, patrona de la ciudad, en su santuario. Una fiesta que reúne a cientos de devotos que se acercan para venerar a la Virgen, saludarla y ofrecerle flores.
“Aquí estamos hoy para honrar a la Virgen de la Fuensanta como madre nuestra”, ha comenzado afirmando, el obispo en su homilía.
A continuación, el pastor de la Diócesis ha explicado cómo “Dios ha querido contar con la colaboración generosa de María para aterrizar en este mundo y hacerse uno de los nuestros. Esto es “lo que a ella le hace ser ilustre y bendita entre todas las mujeres, ser la madre de Dios”, ha aclarado Don Demetrio. Asimismo, ha afirmado que “la virginidad de María y su maternidad van íntimamente unidas”.
Por último, el prelado ha invitado a todos los presentes a participar de esta fiesta: “Tiene sentido que al celebrar esta fiesta haya alegría y hagamos fiesta en casa y en torno a esta plaza y este pocito haya toda una serie de manifestaciones populares, de fe y devoción a la Virgen que nos traen la alegría del mundo, su hijo Jesucristo y todas las demás alegrías que le acompañan. Lo que no tiene sentido es celebrar la fiesta de la Fuensanta sin la Virgen”. Por último ha deseado que esta fiesta de María Santísima produzca en nosotros un aumento de paz”.
