La Diócesis de Córdoba celebró ayer el Solemne Acto de Apertura del Curso Académico 2011-2012, presidido por el Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández.
Más de 250 profesores de religión asistieron ayer a la Eucaristía de inicio de curso en la Santa Iglesia Catedral, presidida por el Obispo y concelebrada por el Vicario General de la Diócesis, Francisco Jesús Orozco, y el Vicario de la Campiña, Jesús Poyato. Contó, además, con la Escolanía de los colegios Santísima Trinidad.
En la homilía, D. Demetrio comenzó recordando que la JMJ aún sigue dejando una actitud de asombro en todos por el acontecimiento grandioso que ha sido y porque nos ha permitido extraer una enseñanza para nuestra vida. "Los jóvenes nos están diciendo a todos que algo nuevo ha nacido y está brotando en medio de nosotros", aclamó. Al hilo de esto, aseguró que "vale la pena ponerse a la tarea de la educación partiendo de Dios y de la visión del hombre que el Evangelio nos da".
Dirigiéndose a los profesores, el Obispo les indicó que la tarea que realizan "es importantísima, puesto que esa tarea educativa va transformando el corazón y haciendo crecer a la persona para que se abra a la verdad, a la belleza y a la bondad de la vida, tal y como Dios lo ha hecho". Asimismo, les animó a seguir trabajando a pesar de las dificultades que acontecen.
Concluyó la homilía instándoles a "vivir en la Iglesia, a sentirse hijos gozosos de ella, en plena comunión con el Papa y con el Obispo, que os da la misión para la tarea encomendada. Vivid esta profunda comunión con todos los demás miembros del pueblo de Dios y no hagáis caso de aquello que os quiera apartar de la comunión eclesial".
Posteriormente, los profesores se trasladaron al Palacio Episcopal, donde tuvo lugar el Acto Académico, que comenzó con el saludo de la Delegada Diocesana de Enseñanza, Mª José Gallego, quien tras agradecer la presencia del Obispo y del Vicario de la Campiña, manifestó que en el nuevo curso hay un gran reto por delante: "Poner a Jesucristo en el corazón de la enseñanza y de la cultura". "Lo más específico nuestro es dejarnos llevar por Dios, ser testigos de Cristo vivo en esta misión que se nos ha confiado como Profesores de Religión, sin miedos ni complejos de ninguna clase", afirmó. Además, alentó a los profesores a tener siempre presentes a los niños y jóvenes, y, sobre todo, a mostrarles a Jesucristo, camino, verdad y vida.
A continuación, el Vicario de la Campiña y Profesor de Cristología, Jesús Poyato, disertó sobre el estudio del segundo libro del Plan de Formación Permanente del profesorado de Religión católica para este trienio, aprobado por las Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis y que pretende aportar aquellos elementos de la cristología que ayuden a acercarse a Jesucristo, vida de los hombres. Asimismo, explicó que los contenidos de este segundo texto del Plan Trienal constituye una fundamentación teológica para las clases de religión y para la misma identidad de los profesores cristianos.
El acto concluyó con las palabras del Obispo abriendo oficialmente el curso académico-pastoral y animando a todos los profesores en su tarea encomendada.