La sección «Al Trasluz» nos invita a prepararnos y a abrir la puerta de nuestro corazón esta Navidad
La Navidad llama a la puerta de nuestro corazón. El Adviento “apura” sus jornadas de reflexión, ofreciéndonos a san José. Dios se acerca a él a través de un mensajero que le explica la naturaleza de la maternidad de María. José confía totalmente en el mensaje de Dios y hace lo que le indica.
Con la Navidad, llegan los villancicos. Me gustaría recordar aquel “Villancico de un sacerdote”, escrito por José Luis Martin Descalzo, y publicado en el diario Abc, el 27 de diciembre de 1969. Junto a su belleza poética, reluce la unción sacerdotal, contemplando sus manos como un “Nacimiento”. ¡Cuánto amor, cuánta ternura! Dice así.
“Miro la geografía de mis manos:
sus montes y sus valles, la ladera
que desciende desde la cordillera
de mis cuatro nudillos altozanos.
Veo bajar los tres cauces hermanos
que me agrietan los dedos y quisiera
qie viniese la nieve y que cubriera
casas, pastores, cuevas, montes, llanos.
Sería así mi mano un “nacimiento”
y un ángel gritaría “paz” y “paz”.
Ya no sabía dónde la verdad
y a dónde llega lo que yo me invento.
Sería como un doble Sacramento:
que en mis manos es siempre Navidad”.
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