El 17 de octubre llegaron a Tierra Santa los 25 peregrinos de la Diócesis junto al Obispo de Córdoba. Ya han visitado las grutas de la natividad y de los pastores, en Belén; el huerto de los olivos, en Jerusalén; y Betania.
Esta es una peregrinación que termina el día de San Rafael, un viaje diocesano a Tierra Santa que tiene un significado muy hondo, explica el Obispo de Córdoba, Monseñor Demetrio Fernández porque representa acudir a las escrituras donde “aparece San Pablo viajando a Jerusalén para llevar un donativo para los pobres”.
Para Córdoba, la visita a Tierra Santa representa también la oportunidad de recordar la acción catequética del Beato Álvaro “que quedó impresionado por la Vía Dolorosa cuando fue a Jerusalén y trajo el vía crucis para expandirlo por el mundo entero”, recuerda el Obispo de Córdoba.
Esta peregrinación a Tierra Santa permitirá a la delegación cordobesa contemplar los lugares de Jesús, las huellas de Jesucristo, desde su nacimiento en Belén, su infancia en Nazaret y el lago Tiberiades y Jerusalén. Todos los lugares sagrados serán visitados por este grupo de cordobeses de la Diócesis, también el Calvario y el Santo Sepulcro, “el único del mundo que está vacío porque Jesús ha resucitado y allí celebraremos allí la eucaristía que es donde Jesucristo prolonga su presencia”, ha explicado el Obispo de Córdoba a diocesisdecordoba.com.
