En el día del Bando de la Huerta, celebrado ayer en Murcia, la plaza del Cardenal Belluga se volvió a llenar de fieles, muchos de ellos vestidos con trajes de huertano, para participar en la Misa Huertana, presidida por el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, y en presencia de la imagen de la patrona de la ciudad, la Virgen de la Fuensanta, sobre un presbiterio lleno de flores ofrecidas a la Morenica en la tarde del Lunes de Pascua.
«No puedo evitar el gozo de celebrar con vosotros la fiesta de la Santísima Virgen María de la Fuensanta, en este martes de la octava de Pascua, donde Murcia se reencuentra con el color de las flores que adornan la ciudad y el olor a azahar», así comenzó su homilía Mons. Lorca Planes, en la que pidió la intercesión de la Madre y su bendición, con un especial llamamiento a la protección de los mayores, las familias, quienes están pasando por dificultades, los voluntarios y las autoridades.
El obispo animó a los presentes a mirar a María, la primera en la misión, «ejemplo de transparencia» y «mujer fuerte», para ofrecerle los «recuerdos, oraciones y plegarias, acciones de gracias y súplicas por la paz». Una oportunidad, apuntó el prelado, para renovar los compromisos más hondos y dejarse llevar por el dinamismo de amor de la Fuensantica.
Al finalizar la celebración, la imagen salió en procesión por algunas de las céntricas calles de la ciudad. Durante el recorrido estuvo acompañada por la música y el ambiente festivo propio de este día con aplausos y vivas, y las lágrimas de emoción al ver de nuevo a la Madre de los murcianos en la calle. Desde muchos balcones fue bañada con lluvias de pétalos de flor. Uno de los momentos más emotivos del trayecto fue cuando, desde una de las ventanas de la calle Trapería, cayeron banderas de Ucrania (a modo de confeti) y los fieles le pidieron su intercesión por la paz.
Homilía del obispo de Cartagena
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