El movimiento diocesano de Vida Ascendente ha celebrado esta mañana su inicio de curso, y lo ha hecho con una Eucaristía en la Catedral, presidida por el Obispo de Cartagena. Con motivo del Año de la Misericordia, los asistentes han ganado el jubileo, por lo que la celebración ha comenzado con una estación jubilar, en la Puerta del Perdón, dirigida por el consiliario de este grupo, José Manzano.
Los asistentes procedían de Murcia, Cartagena y Cabezo de Torres, aunque se trata de una realidad presente en toda la Diócesis. A ellos, en su homilía, Mons. José Manuel Lorca Planes les ha invitado a “salir al encuentro de los otros, a ayudar, independientemente de los años que uno tenga… ¿Quién no está capacitado para dar una palabra de esperanza?”.
El Obispo ha recordado las palabras del Papa Francisco, en las que indicaba que la sociedad de hoy prescinde de aquellos que no son productivos, de los mayores y de los más pequeños: “no podemos consentir la política del descarte que elimina a ancianos y niños”. Y ha asegurado que el principal problema es la indiferencia: “y lo malo de esto es que uno se lo pueda creer, porque es un auto-engaño. Cualquiera puede llevar adelante el mayor de los milagros… Cualquiera de vosotros puede ser un heraldo de Cristo”.
Asimismo ha animado a los presentes a mantener la esperanza y la alegría, y a transmitirlas a los demás, a través de la caridad. “Estar cerca del otro es importante sabiendo que lo hacemos por Cristo. La vida cuando se da, da pleno sentido a nuestro ser”, añadió el Obispo.
