El obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, ha presidido estos días en Madrid la Asamblea de Delegados de Medios de Comunicación Social que cada año organiza la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales (CECS) de la Conferencia Episcopal Española, que él preside.
De miércoles a viernes, los delegados de Medios de las diferentes diócesis españolas han recibido formación sobre comunicación de crisis y edición de vídeos para redes sociales. También han tenido la oportunidad de compartir experiencias con Jorge Bustos, subdirector de El Mundo y Premio Bravo de Prensa, y con las responsables de comunicación de Cáritas Española, Obras Misionales Pontificias y CONFER.
Mons. Lorca ha clausurado las jornadas este mediodía, animando a los comunicadores de la Iglesia, «profesionales de los pies a la cabeza», a continuar con su labor buscando siempre la verdad.
Los Bravo, unos premios con corazón
Como ocurre cada año, estas jornadas coinciden con la entrega de los Premios Bravo, que otorga esta comisión a quienes han destacado en el último año en diferentes ámbitos de la comunicación. «En esta casa estamos firmemente persuadidos de que la comunicación es un bien imprescindible para el bien de todos», decía Mons. Lorca al inicio de su discurso.
El presidente de la CECS destacó el trabajo de quienes han sido galardonados este año: Premio Bravo Especial a la Fundación VIII Centenario de la Catedral de Burgos; Premio Bravo de Prensa para Jorge Bustos, subdirector de El Mundo; Premio Bravo de Radio para César Lumbreras, director de Agropopular en Cope; Premio Bravo de Televisión para Almudena Ariza, de TVE; Premio Bravo de Comunicación Digital a Una visita para la historia, especial de Ecclesia sobre Juan Pablo II; Premio Bravo de Cine para Adolfo Blanco, director de A Contracorriente Films; Premio Bravo de Música para Manuel Carrasco; Premio Bravo de Publicidad para La vida, el deporte que más amamos, campaña de Ogilvy para Decathlon; y Premio Bravo de Comunicación Diocesana para Alberto Cuevas, delegado de Medios de la Diócesis de Tuy-Vigo.
«Me gustaría que este premio no solo fuera un reconocimiento sino también un estímulo, porque vosotros os dedicáis a valores que para nosotros son esenciales como la verdad, el bien o la belleza; son tan esenciales que creemos que el objetivo de toda vida que aspira a ser feliz es alcanzarlos: no hay felicidad sin verdad, sin belleza o sin bien», decía el obispo a los premiados.
Mons. Lorca subrayó que la entrega de los Bravo es «una celebración sencilla, familiar, amable. No son los Oscar ni los Goya. No tienen boato, ni alfombra roja, ni mucho protocolo, pero tienen corazón; y corazón agradecido a vuestro trabajo. Son nuestros premios al mundo de la comunicación».
El obispo recordó a los premiados y a todos los presentes que el Papa Francisco anima a los comunicadores a hablar con el corazón, en la verdad y en el amor, tal y como recoge el lema de la Jornada para las Comunicaciones Sociales de este año.
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