El próximo domingo, 12 de noviembre, se celebra el Día de la Iglesia Diocesana bajo el lema “Somos una gran familia contigo”. En su carta para la jornada de este año, el Obispo de Cartagena destaca que este día nos ayudará a “recordar nuestra verdadera esencia” para vivir en comunión. “El estilo de vida que nos exige el Señor es sencillo, se reduce a un mandamiento, el del amor, es el mandamiento donde se funda y se edifica la Iglesia como comunión de los creyentes en Cristo, nuestro Camino, Verdad y Vida”, explica en su escrito para este día Mons. José Manuel Lorca Planes.
La Diócesis de Cartagena cuenta con 291 parroquias, en las que trabajan 4.698 catequistas, con 3.000 voluntarios y donde el año pasado se atendieron a 167.462 personas en exclusión; se sustenta bajo la actividad pastoral de 480 sacerdotes; con 82 seminaristas formándose en los tres seminarios diocesanos (38 en San Fulgencio, 22 en el Misionero Redemptoris Mater y 22 en el Menor de San José); con 795 religiosos y religiosas; y 132 misioneros (sacerdotes diocesanos, religiosos, religiosas y laicos).
Las aportaciones voluntarias de los fieles se gestionan a través del programa “Por tantos”; con este dinero se contribuye, entre otras cosas, a realizar diferentes acciones pastorales y asistenciales en las parroquias, a la conservación de los edificios y a ayudar a sufragar los gastos en los seminarios. Los donativos pueden realizarse de dos maneras: domiciliando un pago a través del formulario que adjuntamos (al final del documento PDF) o bien realizando un ingreso online en la web «Dono a mi Iglesia», un portal web desarrollado por la Conferencia Episcopal Española, que permite, con un sencillo procedimiento, hacer llegar los donativos a cada una de las 23.000 parroquias que existen en España, a las diócesis o bien directamente a la Conferencia Episcopal.
“Queridos diocesanos, -exhorta el Obispo de Cartagena-, aprovechemos esta oportunidad para abrir todo nuestro ser a Cristo, para edificar nuestra vida en ese sólido fundamento y para dejarnos llevar por la fuerza del Espíritu, que sólo así nos sentiremos libres para aceptar a los otros como hermanos y les podremos decir: Somos una familia contigo”.
María de León