Felicitación de Año Nuevo de Mons. José Manuel Lorca Planes, Obispo de Cartagena.
Soñemos al comienzo de este nuevo año
¡Feliz año! Este será el saludo más frecuente en estos días y con esta expresión se exteriorizan muchísimos sentimientos y deseos. A mi modo de ver, creo que necesitamos expresiones positivas, porque en medio de las incertidumbres que condicionan el futuro a causa de la política, la economía y, sobre todo, el día a día, la gente pide una palabra de aliento, busca dónde sostenerse, en qué creer y quiere cimentarse en lo que le sirva de fuente de esperanza.
Con estas líneas deseo que vayan también mis sentimientos de paz y de bien para todos, a la vez que os invito a participar en todos los acontecimientos que ofrecerá este Año de la Misericordia, porque serán ocasiones de acercarse a Dios y a los hermanos. En primer lugar, renovando la fe y escuchando a Dios nos ayudará a acercarnos al misterio del Amor de Dios que perdona y purifica y; en segundo lugar, siendo solidarios con los pobres, practicando las obras de misericordia, siguiendo a Jesús, y avivando la esperanza en el Reino de Dios, nos sentiremos impulsados a afrontar con realismo la actual situación social, incluso con sus elementos contrapuestos y sus aspectos negativos.
Os deseo a todos para este año nuevo una mayor cercanía a la Palabra de Dios, capacidad de escucha, saber hacer silencio y sencillez de corazón. En la Palabra de Dios tenemos la luz necesaria para afrontar nuestro día a día y para dar respuesta a todas las cuestiones que se nos presenten, porque el Evangelio contempla y valora el ser del hombre. Soñaré que se hace realidad en nuestras comunidades la ilusión por el anuncio de la Buena Nueva y la sensibilidad necesaria para seguir potenciando grupos solidarios, despertando a muchos para la generosidad del voluntario, creando escuelas de formación para la misericordia y la caridad. En nuestras manos está hacer realidad el sueño de que desaparezcan todo tipo de violencias y atendamos seriamente a los más pobres y necesitados.
Comencemos por aceptar que será necesario un cambio radical de vida, porque a esto nos lleva el haber elegido el Plan de Dios. Os propongo un texto del documento de la Conferencia Episcopal, La Iglesia, servidora de los pobres, que dice lo siguiente: También nosotros, si queremos ser hoy buena noticia para los pobres y hacerles presente el Evangelio del amor compasivo y misericordioso de Dios, tenemos que ponernos en actitud de conversión, tal como nos lo propone el papa Francisco, en Evangelii Gaudium, 25: «Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una pastoral de conversión y misionera que no puede dejar las cosas como están».
Deseo para el año 2016, que Dios bendiga nuestra Diócesis, a la Iglesia Universal que ha puesto en marcha el Año Jubilar de la Misericordia, al Santo Padre Francisco y a toda la familia de la humanidad.
+ José Manuel Lorca Planes
Obispo de Cartagena