Solemnidad de la Ascensión de Nuestro Señor

Escrito del Obispo de Cartagena en el VII Domingo de Pascua. A. 2014.

En este domingo celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor a los cielos y la exhortación imperativa de Jesucristo a ponernos en marcha. La pregunta de Fray Luis de León: «¿Y dejas, Pastor santo, tu grey en este valle hondo, oscuro, con soledad y llanto; y tú, rompiendo el puro aire, te vas al inmortal seguro?» (Oda XVIII), no llega a inquietarnos, porque Jesús se ha preocupado de desvelarnos la clave de la seguridad, que Él sigue con nosotros, desde la casa del Padre y porque nos ha dejado un defensor, el Espíritu de la Verdad. Estamos en un momento muy interesante de la vida de la Iglesia, porque se trata de comenzar a abrir caminos, al estilo de Jesús. Eso mismo comenzaron los primeros testigos, ellos son un soporte esencial de vinculación con Jesús, conocían perfectamente las enseñanzas y la Palabra que les predicó, lo vivido cerca del Maestro; conocían su determinación para hacer la voluntad del Padre y su admirable humildad; habían sido testigos de los acontecimientos de dolor y muerte en la cruz y, sobre todo, podían certificar que lo habían visto Resucitado. Pero para nosotros no dejan de ser tiempos nuevos, aunque hayan pasado dos mil años, ahora también nos toca a nosotros seguir abriendo nuevos surcos, porque tenemos la fuerza del mismo Espíritu.

Los discípulos estaban seguros de que no estarían solos, tenían esa seguridad y guardaban en su memoria lo que les dijo para que no se atemorizaran: «Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines del mundo». No deben temer, lo que va a suceder a partir de ahora será obra de Dios, no de ellos, aunque ellos serán los primeros en sorprenderse de las maravillas que hará Dios a través de sus personas. Comenzarán a entender que eso de ser apóstol no significa seguir los planes propios, sino los del Señor y podrán comprobar cómo irán recibiendo una llamada a la obediencia desde el principio. Las primeras comunidades cristianas han nacido fundamentalmente por la fe en Cristo Jesús, a quien se reconoce como el Mesías, como el Señor Resucitado.

Precisamente por la tarea de ser mensajeros de la Buena Noticia, la Iglesia nos recuerda hoy que estamos en un tiempo de compromiso, de anuncio, de misión, por eso nos invita a celebrar la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, al Servicio de la Humanidad. El Papa Francisco insiste en reconocer las nuevas tecnologías y las redes sociales como un medio para crear una cultura de encuentro, de acercarnos más unos a otros, donde se perciba el sentido de la unidad de la familia humana, que nos impulse a la solidaridad y al compromiso serio por una vida más digna para todos. Recemos por los que se dedican a esta hermosa profesión para que difundan los valores humanos y el respeto por la dignidad de las personas.

+ José Manuel Lorca Planes

Obispo de Cartagena

Contenido relacionado

Jesús es compasivo

V domingo del Tiempo Ordinario Jesús sigue su actividad evangelizadora, anunciando el...

Enlaces de interés