Primera semana de Adviento

Escrito del Obispo de Cartagena, Mons. Lorca Planes, sobre el I Domingo de Adviento.

A los cuatro vientos se nos anuncia que viene un tiempo nuevo, el Adviento, un tiempo necesario para los cristianos donde saboreamos la novedad de Dios, la permanente presencia del Señor de la historia, para salvarnos del fatalismo al que nos están llevando los intereses humanos, los desaciertos de los que defienden un mundo sin Dios, el fracaso del secularismo y la oscuridad del deshumanizado relativismo. El tiempo del Adviento, inaugurado en este domingo, nos ofrecerá la posibilidad de vivir la salvación en el momento presente de nuestra historia, en contacto con el eterno misterio de Cristo. La Iglesia, maestra en humanidad, nos invita a contemplar nuestra situación actual para ofrecernos el más precioso tesoro que encierra en su corazón, la esperanza más viva: Jesucristo.

El tiempo del Adviento abarca cuatro semanas. En las dos primeras semanas se nos prepara para salir al encuentro del Señor y recibirlo en la existencia concreta; en las dos siguientes, se pone el acento en la venida histórica del Señor y se nos dirá repetidamente que debemos estar en vigilia. Lo que se nos pide es la conversión del corazón acompañada del gozo y la alegría, de la esperanza y la oración. El tiempo del Adviento es el tiempo de la esperanza, de poner en ejercicio esta virtud que con la fe y el amor constituyen la trama de la vida espiritual. Celebraremos el misterio de la venida del Señor con actitud gozosa, hecha de vigilancia, espera y acogida y nos prepararemos para vivir el misterio entrañable de Dios que se hace uno de nosotros.

Iremos de la mano de la Liturgia, que con buena pedagogía nos introducirá en la Navidad, a través de la Palabra. En esta etapa escucharemos, en la primera lectura, a los profetas mesiánicos, especialmente Isaías, anunciando al Salvador y los tiempos nuevos y definitivos. Un lugar destacado tendrá el modelo de esperanza de la Santísima Virgen María, que obediente a la voluntad de Dios colaborará en la Historia de la Salvación de una manera eficaz. El Evangelio se centrará en las exhortaciones del Señor a la vigilancia y a la conversión. No os extrañe la supresión de los símbolos festivos, si no se reza el Gloria en la Misa, porque falta algo para la fiesta completa, ésta será cuando el Señor esté con su pueblo, en la Navidad.

En Adviento, la Iglesia nos invita a rezar con realismo ante las necesidades de los hombres y nos ofrece el mejor remedio para la crisis, para todas las crisis: acercarnos más intensamente a Jesucristo. A una sociedad que anda sin rumbo la Iglesia le muestra al Mesías, al Señor, le dice que hay esperanza, que hay otros valores más importantes que el dinero, los negocios, las cuentas corrientes… que está el hombre, al que hay que salvar, que está Dios ofreciéndonos los bienes prometidos. El mensaje de la Iglesia es creíble, porque es de Dios y no está sometido a la debilidad de los mensajeros. El que viene abriendo los caminos de la esperanza, de la vida y de la salvación es Jesucristo. En Él confiamos y por Él caminamos tras sus huellas. Viene a nosotros en cada instante.

+ José Manuel Lorca Planes

Obispo de Cartagena

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