Para seguir a Jesús hay que dejarlo todo

Escrito del Obispo de Cartagena en el XIII Domingo del tiempo Ordinario.

Para seguir a Jesús hay que dejarlo todo

XIII Domingo. Ordinario. C. 2016

¿Quién no ha escuchado alguna vez la popular canción: “Si tú me dices: Ven, lo dejo todo”? Pues mira por dónde, esto mismo nos pide el Señor esta semana, a través de los casos de vocaciones que presenta el Evangelio de San Lucas. El contexto histórico está en los comienzos de su peregrinación de Galilea a Jerusalén. El evangelista San Lucas ha centrado la actividad de Jesús en su Evangelio en camino, una etapa larga de la vida pública de Jesús, que parte de la sinagoga de Nazaret y terminará en el Templo de Jerusalén, en el corazón de los acontecimientos centrales de nuestra fe.

San Lucas presenta una intencionalidad teológica, catequética y pedagógica en todo su Evangelio. El Evangelio comienza a presentar a Jesús siempre en camino hacia Jerusalén. En el camino enseñará a los discípulos la importancia de hacer la voluntad de Dios, les explicará, con ejemplos, la iniciativa salvadora del Señor, cómo hay que orar y cómo perdonar; el rostro misericordioso de Dios Padre; les expondrá las razones para no tener miedo y confiar siempre en Él; les dará el mandamiento nuevo; curará enfermos, resucitará muertos… La importancia del camino es tanta, que en los pocos versículos leídos este domingo se ha nombrado dos veces. Nuestro Señor mantuvo siempre la decisión firme de marchar a Jerusalén sabiendo cual era la voluntad del Padre y que allí le esperaría la muerte y pasión por nuestra salvación; sabía que su misión culminaría en la Cruz, y que desde lo alto de ella conquistaría la Vida eterna para nosotros. Nótese que, a pesar del sufrimiento que le esperaba, no dejó traslucir, en ningún momento, la más mínima lamentación.

Dentro de su actividad, el Señor envió discípulos por delante para prepararle el camino. ¿Llevaba Jesús alguna intención al enviar a sus mensajeros a Samaría, cuando sabía que no iban a ser bien recibidos? Es posible, así es la pedagogía divina, no ocultar nada y que, desde el principio, supieran dónde estaban, para que les sirviera de experiencia, porque luego tendrán que afrontar las persecuciones, la irrisión de los escribas y fariseos y sufrir esas mismas cosas por las que pasó Jesús soportando la violencia y la extrema crueldad. Lo que hayan aprendido en este ejercicio no se les olvidará nunca; de esta manera les preparó para el sufrimiento, para la paciencia y la mansedumbre, y les advirtió muy seriamente que no se dejen llevar por la ira. Al misionero no le debe perturbar, menos aún irritar, el rechazo a su acción evangelizadora, más bien lo que debe hacer es no enfrentarse al que le ha rechazado. Observad cómo les riñe ante su primaria reacción.

Siguen luego dos escenas donde se habla del seguimiento, son casos especiales, que resuelve Jesús con una gran claridad para el que los escucha. Lo que destacaría de ellos es que a Jesús se le responde siempre con generosidad, que hay que dejarlo todo, porque es muy serio cuando llama el Señor. Hay que confiar en Él sin dudarlo, hasta las obligaciones humanas deben ceder ante la llamada de Cristo, que lo demás lo arregla Él.

+ José Manuel Lorca Planes
Obispo de Cartagena

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