Carta Pastoral del Obispo de Cartagena, Mons. José Mnauel Lorca Planes.
Por el lenguaje que se usa en los textos de la Palabra de Dios notamos que algo está sucediendo, y es verdad, el final del año litúrgico. El próximo domingo con la solemnidad de Cristo Rey, se finaliza un ciclo y se comienza otro, el Adviento. En la liturgia de hoy se nos recuerda la venida futura del Señor. No os quedéis en la descripción de los acontecimientos finales, de desgracias y catástrofes, más bien en lo que significa eso, que todo se desmorona y todo pasa, cuando venga definitivamente el Señor. La segunda venida de Nuestro Señor al final de los tiempos. Todo pasará menos la Palabra de Dios.
En la primera venida se hizo nuestro en el tiempo, nos trajo su gracia, la Palabra y la esperanza de la salvación. En su segunda venida nos ofrece la eternidad, nos juzgará del uso que hemos hecho de su gracia, y de si hemos escuchado y cumplido su Palabra. El Señor es el alfa y la omega, el principio y el fin; es la fuente de todo lo bueno. Toda nuestra vida está orientada a Él, hacia su venida suprema al fin del mundo. La historia entera va al encuentro del Señor Jesús, caminamos, fatigosamente algunas veces, pero atraídos por Él hacia la eternidad.
Jesús es el centro de nuestra vida, la clave, el camino, la puerta, nuestra Salvación.
