La fuerza de creer y confiar

Comentario del Obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, al Evangelio del Domingo XIII. Ordinario B. 2012.

En el Evangelio de este domingo se nos narra una escena de curación y otra donde se le devuelve la vida a una joven, estos son los signos externos, los que se ven con los ojos, aunque hay otra dimensión en lo que narra el evangelista donde se hace un elogio a la eficacia de la fe en Jesucristo. A primera vista se resalta la forma de hacer las cosas Jesús, con sencillez, pero con fortaleza y poder, alejado de todo espectáculo, prefiere la intimidad, lejos de la gente, sólo invita a tres discípulos a estar presentes. En los dos casos, en el de la hemorroisa y en el de la niña muerta, la palabra de Jesús tiene fuerza, la fuerza de su serena palabra, que provoca admiración entre los presentes. En los dos casos se nos muestra una fe llevada al extremo, pero a Jairo se le exige que confíe, que crea, por encima de sus lagrimas por la muerte de su hija. El Señor le pide mucho, pero el hombre responde. Otra prueba para nuestra débil fe. Anotad en vuestro cuaderno de notas que lo que hay que renovar es la fe y la confianza en Dios, también para esta época donde impera el descreimiento y el intencionado empeño por apartarnos de Dios. Quizás nos hagan bien escuchar estas poéticas palabras de Isaías: «Han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco un manantial; los oídos del sordo se abrirán, la lengua del mudo cantará». Así vamos directamente a la conclusión: Para Dios nada hay imposible.

En la aventura del hombre y su relación con Dios, porque tenemos necesidades buscamos a Jesús y Él responde siempre desde el amor. Ahora es Él el que habla, por medio de su palabra o de sus signos, pero entendemos que quiere salvarnos a través de nuestra fe y de nuestra confianza, si, no sólo es quien nos puede ayudar, sino quien nos quiere ayudar. El gesto de Jesús es como un sacramento del amor de Dios que significa la Plenitud que él da, es un signo de la vida que se suscita en el corazón de todos los hombres. Se da el caso que los que rodean los hechos no se enteran, son insensibles, incluso se ríen cuando dice Jesús que la niña esta dormida… La hemorroisa creyó, el padre de la niña muerta creyó y pudieron ver la obra de Dios.

Que El Señor aumente nuestra fe y confianza para ver las cosas grandes que todos los días hace Dios en medio de nosotros.

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