Jornada Mundial de los Pobres

Diócesis de Cartagena
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La diócesis de Cartagena es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la catedral de Santa María, situada en la ciudad de Murcia.

Carta del obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca

El Santo Padre nos anima a seguir los pasos de Nuestro Señor con generosidad, a salir de la indiferencia, de pasar de largo, y nos pide, como buenos samaritanos, que nos acerquemos a los que nos gritan en los cruces de los caminos para atenderles como se merecen. Cristo sigue enviándonos a abrir las puertas de nuestra vida y de la Iglesia para salir a ayudar, a practicar el poder transformador de la caridad y a tender nuestras manos con la fuerza del Espíritu Santo. Así lo dice el Papa: «Solo con una mirada cuyo horizonte esté transformado por la caridad, que le lleva a percibir la dignidad del otro, los pobres son descubiertos y valorados en su inmensa dignidad, respetados en su estilo propio y en su cultura, y por lo tanto verdaderamente integrados en la sociedad» (Papa Francisco, FT,187).

El Evangelio de este domingo hay que leerlo bien, para no caer en la tentación de decirnos que eso ya lo sabemos, porque esa actitud no nos ayudará. Cerrar los oídos y pasar de largo no es lo que nos dice Jesús, hay que abrirlos y escuchar. Lo que se ve claro es que san Mateo hace referencia, en la parábola de los talentos, a las capacidades y responsabilidades que nos da el Señor para construir, para dar frutos con nuestro trabajo y lo que espera Dios son las respuestas de acuerdo con nuestras posibilidades. Lo que no vale es disimular, cruzarse de brazos, no hacer nada y aparentar que estás totalmente implicado. Esto mismo es lo que denuncia el Señor. El evangelista nos pone el ejemplo de aquel que recibe un talento y se lo guarda, conformándose con su inactividad y pereza, de tal forma que, cuando viene el dueño de la hacienda, a pedir explicaciones del trabajo realizado, a este hombre no se le ocurre otra cosa mejor que devolverle lo que le confió y se queda tan tranquilo. Lo lógico es pensar que este hombre no entendió nada y nos preguntamos: ¿Es así como se arreglan las cosas?, ¿se puede confiar en este personaje para construir un mundo nuevo, mejor, en justicia? Está claro que la actitud de este hombre no vale para lo que pretende el Señor, porque se ha encerrado en sí mismo y ha huido de sus responsabilidades, no quería correr riesgos y se sumó al proyecto de mala manera, porque conocía la fama del dueño de la hacienda por entender que era exigente y le tenía miedo.

El Papa Francisco nos está recordando que debemos abrir los ojos a nuestra realidad para imitar a Jesús en la decisión de hacer la voluntad de Dios, que trabajemos por amor, en el servicio y atención de los que nos rodean, como nos ha enseñado el Señor. La experiencia del encuentro con Jesús nos exige escuchar su Palabra y dejar que entre a lo hondo de nuestro ser; nos pide que le imitemos, que acojamos «en nuestro corazón la gracia de Dios, su caridad misericordiosa, de tal manera que mueva nuestra voluntad e incluso nuestros afectos para amar a Dios mismo y al prójimo». En su última encíclica, Fratelli Tutti, es explicito el Santo Padre y nos dice que «los más pequeños, los más débiles, los más pobres deben enternecernos: tienen “derecho” de llenarnos el alma y el corazón. Sí, ellos son nuestros hermanos y como tales tenemos que amarlos y tratarlos».

Que el Señor nos bendiga con un corazón grande para acoger y para ayudar a los que tenemos a nuestro lado y son vulnerables. ¡Somos hermanos todos!

+ José Manuel Lorca Planes
Obispo de Cartagena

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