Jesús, Palabra de Dios cumplida

Diócesis de Cartagena
Diócesis de Cartagenahttps://diocesisdecartagena.org/
La diócesis de Cartagena es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la catedral de Santa María, situada en la ciudad de Murcia.

Carta del obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca

Cuando escuchemos las lecturas de la liturgia de este tercer domingo de Cuaresma pasará por delante de nuestros ojos toda la Historia de la Salvación, donde se presta una atención especial a los mandamientos de la ley de Dios; estos vienen a ser los grandes principios que estableció con su pueblo después de la liberación de la esclavitud y en ellos están recogidos los fundamentos de la ley mosaica. Jesús, que no ha venido a destruir la ley, sino a darle cumplimiento, es la Palabra de Dios cumplida y en Él toman cuerpo los mandamientos de la ley de Dios, manteniendo el mismo sentido, abriendo los ojos de sus oyentes para que capten la verdadera fe. El Dios que liberó a su pueblo e hizo después una Alianza con él, el Dios de Israel que cuida y protege a los suyos desde siempre, está cercano a las súplicas y escucha los lamentos de su gente, tanto que les hizo la promesa de enviarles al Mesías. Pues, Cristo es la promesa cumplida, la fuerza de Dios y la sabiduría de Dios, como decía san Pablo.

El relato evangélico tiene una actualidad muy grande, el evangelista está queriendo llevar a sus oyentes a que descubran el espíritu de la Nueva Alianza, la vida nueva que está brotando. El relato de la expulsión de los mercaderes del templo es un gesto mesiánico y con este gesto Jesús nos exige una vida nueva, lejana a nuestros “jaleos” personales, nuestras mentiras, falsedades y de toda injusticia e impiedad, de nuestros “negocios”, para liberarnos de toda clase de esclavitudes. Jesús nos dice que no podemos tratar a Dios como tratamos a los demás, que nuestras vidas deben ser respuesta de agradecimiento a Dios por liberarnos de la esclavitud, de amor y alabanzas, que dejemos paso a la luz, a las manos limpias de sangre y de robos. El signo de Jesús en el templo está diciéndonos que donde está Dios hay verdad, libertad, paz, humildad, bondad, compasión, misericordia y perdón. Piensa un momento en esto, si queremos que Dios permanezca en medio de nosotros necesita limpieza y transparencia. Esta es la intención de la Iglesia para este tiempo de Cuaresma, que nos convirtamos de verdad, que volvamos el rostro a Dios y que nos dejemos iluminar por su luz para entrar en su descanso.

La experiencia de vida después de haber escuchado la Palabra es muy positiva, tal como nos narra el salmo 18, que nos dice que la ley del Señor es perfecta, descanso del alma; que sus mandatos son fieles, que instruyen al ignorante, que son rectos y alegran el corazón, que dan luz a los ojos, y que son verdaderos y justos… ¿No os parece que este tiempo de Cuaresma será una buena oportunidad para valorar la Palabra y los mandatos del Señor, puesto que son más preciosos que el oro fino y más dulces que la miel? En el mundo no vamos a encontrar el consuelo, porque pretende echar a Dios, ¡menos mal que nos queda la fe! Y, esta nos dice que la Palabra de Dios nos habla de parecernos al árbol plantado al borde de la acequia, si queremos dar fruto en medio de tanta sequía. Pero, para llegar a eso necesitamos abrirnos más y fiarnos de Dios, hacer silencio y decisión para limpiar nuestro interior de ruidos, negocios, intereses y cadenas; quiere el Señor que desaparezcan los deseos vanos e inútiles, que dejemos de perseguir las intenciones imperfectas y mundanas, las distracciones y pensamientos que te impiden poder escuchar la voz de Dios.


+ José Manuel Lorca Planes

Obispo de Cartagena

Contenido relacionado

Cristo es la Buena Noticia

IV domingo del Tiempo Ordinario El Tiempo Ordinario es un periodo del...

Enlaces de interés