Jesús comienza la predicación y los signos

Escrito del Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, en el II Domingo del Tiempo Ordinario.

El nacimiento de Jesús, su presencia en medio de nosotros y la tarea evangelizadora que comienza, por medio de su Palabra y de los signos que le acompañan, presenta el inicio de una nueva era en la que se cumplen las antiguas promesas y se manifiesta la gloria de Dios; «también nuestro tiempo personal encontrará su plenitud en el encuentro con Jesucristo, Dios hecho hombre», decía el Papa Francisco recientemente.

Esta situación que plantea el Evangelio de San Juan tiene una actualidad muy grande, porque el hombre se sigue viendo metido en situaciones, en devoradoras tormentas; el hombre se ve envuelto en multitud de formas de injusticia y de violencia que hieren cada día a la humanidad y le llevan a pensar ¿dónde está Dios? El Papa Francisco se preguntaba en los primeros días del año: «¿Cómo es posible que perdure la opresión del hombre contra el hombre, que la arrogancia del más fuerte continúe humillando al más débil, arrinconándolo en los márgenes más miserables de nuestro mundo? ¿Hasta cuándo la maldad humana seguirá sembrando la tierra de violencia y odio, que provocan tantas víctimas inocentes? ¿Cómo puede ser este un tiempo de plenitud, si ante nuestros ojos muchos hombres, mujeres y niños siguen huyendo de la guerra, del hambre, de la persecución, dispuestos a arriesgar su vida con tal de que se respeten sus derechos fundamentales? Un río de miseria, alimentado por el pecado, parece contradecir la plenitud de los tiempos realizada por Cristo».

Hoy podremos ver un rayo de luz que nos saque de nuestras tristezas, será cuando escuchando esta Palabra nos fiemos de Dios, porque nos pasará como a los discípulos, que al ver la actuación de Jesús solucionando una situación imposible, aumentará nuestra fe en Él. Si está Jesús con nosotros no hay miedo, no existen imposibles, porque Él todo lo hace posible. Dejadme que me apoye en estas palabras dichas por el Papa en el encuentro con los niños cantores: «La gracia de Cristo, que lleva a su cumplimiento la esperanza de la salvación, nos empuja a cooperar con él en la construcción de un mundo más justo y fraterno, en el que todas las personas y todas las criaturas puedan vivir en paz, en la armonía de la creación originaria de Dios… Todos estamos llamados a sumergirnos en este océano, a dejarnos regenerar para vencer la indiferencia que impide la solidaridad y salir de la falsa neutralidad que obstaculiza el compartir».

La Iglesia quiere que aprendamos de María, para que sepamos actuar como Ella, diciéndole siempre a Dios que sí, confiando en Jesús y siendo capaces de arrancarle a Dios un milagro, el milagro de la esperanza, creyendo que lo imposible es posible si lo dejamos en las manos de Dios, con una fórmula sencilla: «Haced lo que Él os diga». Este es el ejemplo que nos ha dado la Virgen María, escuchar a Dios, fiarse de Dios. Que nosotros no perdamos la facultad de la escucha y que no veamos ahogada nuestra fe por una palabra que no sea la de Dios, que en los tiempos difíciles escuchar es todavía más necesario, para dejarse penetrar por la novedad del mensaje.

+ José Manuel Lorca Planes

Obispo de Cartagena

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