En el Corpus celebramos el día del amor fraterno

Carta del obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes

La Solemnidad del Corpus Christi, ya desde el s. XIII, es un día especial para los cristianos, porque celebramos el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Lo que celebramos es la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía y hacemos memoria de su Sacrifico, ofrecido por amor hasta dar la vida. La Eucaristía es un Misterio de la fe por excelencia. La Iglesia nos invita a todos a esta procesión, para contemplar a Nuestro Señor por las calles del pueblo o de la ciudad. Niños y mayores, al paso de la custodia, siembran de color la vida. La procesión del Corpus es una catequesis sin palabras, es el mismo Jesús Sacramentado al que vemos. La ofrenda de Cristo en la cruz, hecha presente en el sacrificio eucarístico, comunica al creyente su dinamismo de amor generoso; el banquete eucarístico nutre a los fieles con el Cuerpo y la Sangre del Cordero divino, inmolado por nosotros y les da la fuerza para ‘seguir sus huellas’ (Cfr. 1 Pe 2, 21).

En la liturgia de este día tan hermoso sobresale el gran amor que nos tiene Dios, que ha sido capaz de entregar a su propio Hijo como ofrenda para nuestra Salvación y lo ha hecho de una manera muy particular, según lo podía entender la gente con la que convivió, muriendo en la cruz y derramando hasta la última gota de su sangre, Jesús dio la cara por nosotros. Jesús es el modelo perfecto de amor, por eso nos puede pedir que seamos generosos, entregados, de corazón grande… La solemnidad del Corpus actualiza nuestra identidad, la vida en caridad.

Hace un tiempo, los obispos españoles nos alentaban a tomar postura, a imitar a Cristo en su vida entregada a los demás y nos pedían que la comunidad cristiana, con sus pastores al frente, teníamos que significar y actualizar este amor y servicio, en un mundo tan complejo como el nuestro. Por tanto, se nos invitaba a salir a las plazas y calles para convocar y servir a los más débiles, para liberarlos de la propaganda manipuladora, para ofrecerles el espacio necesario a fin de que puedan ser sujetos activos, libres y responsables de la historia. Esto mismo es lo que hace el Señor con nosotros todos los días, porque el motor de nuestra vida cristiana es Cristo. Todos los que trabajamos en la Iglesia debemos saber que nuestro sitio lo hemos de encontrar siempre junto a los hermanos necesitados, estando cerca de los que sufren, con aliento profético, que nos impulse a anunciar a Jesús con valor y sin disimulos; a denunciar los falsos dioses de nuestro tiempo y a construir el Reino. Nosotros no podemos olvidar el servicio de la caridad, porque Jesucristo nos ha enseñado a eso y se lo ha tomado muy en serio.

En el día del Corpus sí celebramos el día del amor fraterno y pretendemos que lo sepa todo el mundo, porque este es el estilo de vida de los cristianos. Ya sabéis cómo todos los días, por medio de Jesús Abandonado, ponemos la mesa para que puedan comer los que andan en necesidad, todos los días en nuestra ciudad de Murcia, pero también en Cartagena y en otros centros de Cáritas. Son muchos los voluntarios, gracias a Dios, que colaboran con un corazón grande en tantos proyectos: atención primaria, desarrollo integral, infancia y familia, vivienda, formación y empleo, significo la Escuela de Hostelería que ya está funcionando en Murcia para abrir posibilidades de empleo a muchos; destaco la atención a reclusos y exreclusos, a los inmigrantes… ¡Dios os bendiga a todos los voluntarios!

+ José Manuel Lorca Planes
Obispo de Cartagena

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