Carta semanal del Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes
El Evangelista San Lucas notaba en muchos cristianos de su tiempo, los cristianos de la segunda generación, los de los años 80 de nuestra era, una cierta dejadez y tendencia a la rutina, tentaciones de dejarlo todo, de dejarse llevar… es decir, que habían perdido la tensión primera… ¿No os parece que tenemos el mismo problema dos mil años después? ¿Qué nos pasa que somos tan flojos en el compromiso? El evangelista está preocupado por eso y trata de ayudar a los hermanos. La solución que pensó él fue la de volver a evangelizar, porque aquellos hombres y mujeres tenían que escuchar de nuevo a los testigos, se sentía en la obligación de cuidar la interioridad de los cristianos de su época, porque los veía muy vacíos. La solución es contundente, la de volver a escuchar, tanto que es muy válida para nosotros, ya que la escucha de la Palabra es una Bienaventuranza.
La tónica general de las lecturas manifiesta preocupación por el momento en el que estamos y por cómo estamos respondiendo a la gracia de Dios y nos ayudan a centrar la mirada en Jesús, de donde nos viene la salvación. Si Jesús les recriminó a sus discípulos la falta de fe, cuando le gritaban porque pensaron que se hundía la barca, es natural que nos esté pidiendo a todos nosotros confianza, serenidad, paciencia y perseverancia. Nos advierte de varios peligros, no menores, sobre los que hemos de estar alerta, preparados porque en estos tiempos es fácil que se aprovechen los falsos profetas y que les prestemos oídos a sus falsas doctrinas… El Evangelio es claro y nos hace abrir los ojos cuando leemos que nadie nos debe apartar de la fidelidad al Señor: ni la belleza externa, ni los lujos, ni siquiera los desastres naturales. Que no nos alejemos del Señor ante las persecuciones, o ante los oscuros presagios de traiciones y odios, incluso aunque sean nuestros padres o hermanos los que vayan contra nosotros. Sin duda que habla con claridad, cuando nos dice: “haced el propósito de no preparar vuestra defensa”, porque el mismo Jesús saldrá a nuestro encuentro para ayudarnos, que Él nos asegura el consuelo y la esperanza ¡menuda fortaleza nos pide!
La fe en la victoria de Cristo es un fuerte apoyo para los cristianos y es necesario saber escuchar y permanecer. Cristo es el que da luz a nuestros ojos, el que derrite el hielo de nuestros egoísmos y nos permite encontrarle a Él, cara a cara, como Camino, Verdad y Vida. Nuestro Señor es el que da la fuerza a nuestros pasos cansados para seguirle en la carrera hacia la santidad y la vida. Que nadie tema, porque volver el rostro a Cristo es fácil gracias a la guía de la Iglesia, la cual ha propuesto al hombre de todos los tiempos, amenazado por el mal y tentado de abandonar la fe, volver los ojos a Cristo muerto y resucitado, para poner en Él toda esperanza. Cristo es la respuesta a todos los interrogantes del hombre, es nuestro Redentor y Salvador, Él nos está diciendo a gritos, que el Padre desea apasionadamente y anhela ardientemente nuestra salvación, simplemente por bondad, porque nos quiere.
Tened ánimo y confiad, espabilad vuestros oídos y caminad hacia Cristo. Que tengáis un feliz domingo.
+ José Manuel Lorca Planes
Obispo de Cartagena