El amor es de Dios

Diócesis de Cartagena
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La diócesis de Cartagena es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la catedral de Santa María, situada en la ciudad de Murcia.

Carta del obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca

En la liturgia de este domingo se nos introduce en un aspecto esencial de la vida cristiana, en el amor, porque Dios es la fuente del amor. San Juan no especula sobre una teoría, sino que sus palabras están apoyadas en una verdad, que Dios es amor, ya que ha sido testigo de la mayor historia de amor, lo ha oído y lo han visto sus propios ojos: que Jesucristo ha entregado su propia vida en rescate de todos nosotros, librándonos de las garras del pecado y de la muerte, todo por amor y por nuestra salvación. Cristo nos ha abierto las puertas al corazón de Dios, al perdón y a la vida, pero su entrega es una experiencia que crea escuela y nos ayuda a entender el mensaje que nos ha dado el Señor. Ahora, sí que podemos entender mejor el gesto del lavatorio de los pies de los discípulos en la Última Cena, hay una razón, que nos está diciendo que el amor no tiene límites y que esta lección la debemos aprender todos, porque todos somos hermanos. San Juan nos ayuda con estas palabras a entender el mensaje profundo de Jesús: «Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama, ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor». El amor es lo distintivo, lo radicalmente propio del cristianismo. Este es el signo que nos debe caracterizar, no solo la palabra, sino los hechos, el testimonio, tal como nos lo enseñó Jesús: «En esto sabrán que sois mis discípulos: en que os amáis». Y en los primeros siglos del cristianismo hizo fortuna la frase, que era realidad, «mirad como se aman».

Conforme vamos escuchando esta palabra vamos conociendo lo que es en realidad el amor y cómo lo vivió Jesús: amó al Padre y por amor al Padre le obedeció en la Tierra hasta la muerte y una muerte en cruz (cf. Flp 2,8). La consecuencia más apremiante que sacamos de estos textos de la Palabra de Dios es plantearnos una cuestión: Si sabemos que Dios nos lo ha dado todo y nos ha amado primero, ¿cómo no responderemos nosotros amándole de verdad? Sencillamente, porque el amor no es ya una ley, sino una respuesta. A propósito de esto, dice el Papa Francisco: «El amor es siempre transparente, ofrece lo que tiene, da todo, brinda lo que sabe, te abre la puerta para que entres en la intimidad del ser. Tu identificación con Cristo y sus deseos, implica el empeño por construir con él, ese reino de amor, justicia y paz para todos. Cristo mismo quiere vivirlo contigo, en todos los esfuerzos o renuncias que implique, y también en las alegrías y en la fecundidad que te ofrezca» (Gaudete et exsultate, 25).

El que ama no se queda atrás, siempre se adelanta y se entrega sin límites, escribe el Papa Benedicto XVI, en su primera encíclica: «El amor es ocuparse y preocuparse por el otro. Ya no se busca a sí mismo…, sino que ansía el bien del amado: se convierte en renuncia, está dispuesto al sacrificio, más aún, lo busca. El amor, en su pureza y gratitud, es el mejor testimonio del Dios en el que creemos y que nos impulsa a amar… La mejor defensa de Dios y del hombre consiste precisamente en el amor» (DCE, 31.6).

El amor fraterno, dice el Papa Francisco, «multiplica nuestra capacidad de gozo, ya que nos vuelve capaces de gozar con el bien de los otros». Esto es incompresible para la cultura de este mundo, que extiende las envidias y los celos, pero para un cristiano, que conoce el corazón de Dios, es la mejor aventura, porque Dios le ha enseñado a detenerse, a contemplar el misterio y a disfrutarlo en silencio. Disfruta de esto con un corazón agradecido.

Feliz domingo.

+ José Manuel Lorca Planes
Obispo de Cartagena

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