Dios sostiene a los que van a caer

Escrito del Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes en el Domingo XIV del Tiempo Ordinario.

La grandeza de la Sagrada Escritura nos lleva a entender que para encontrar a Dios es necesario despertar en nosotros las virtudes de la sencillez y la mansedumbre de corazón, condiciones indispensables para comprender su lenguaje y sus gestos. Es evidente que este estilo de ser no puede crecer en nosotros si no hemos recibido la Palabra como en tierra buena. El que siembra entre zarzas o en el camino no podrá contemplar cómo nace y da fruto la gracia de Dios en él. Os remito a la segunda lectura de este domingo donde se plantean los dos principios que rigen la vida moral del hombre, donde San Pablo concluye así: «si vivís según la carne, vais a la muerte; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis». El planteamiento es contundente, no le deja hueco a la duda, es necesario dejarse llevar del Espíritu, porque Dios nos da la vida, nos salva y nos socorre en la debilidad, «sostiene a los que se van a caer y endereza a los que ya se doblan» (cf. Salmo 144).

La grandeza y la gloria de Dios está cercana, el mismo Jesús se ha hecho uno de nosotros, está con nosotros aquí. En la Encarnación asumió la humildad de la condición humana para elevar al hombre a la filiación divina, este ha sido el mayor de los regalos que hemos recibido. De Jesús hemos aprendido lo que significa el amor de entrega, porque Él mismo ha derramado su sangre por nosotros; hemos aprendido que en la ruta del amor tiene importancia la gratuidad de saber amar de verdad, el gozo y la humildad de dejarse amar.

En la celebración de la Eucaristía tendremos el mejor ejemplo de la aventura del amor de Dios, que se deja, que se abandona a sí mismo para estar con nosotros, que se entrega por amor. No hay un gesto más hermoso de humildad. La Eucaristía nos acerca a ese estilo de Dios todos los días.

Id este domingo a la celebración de la Misa buscando al Señor, queriendo sentirlo muy cerca, con los oídos atentos. Sugiero que os preparéis antes y dejéis lejos el peso del propio yo, porque Dios no se dejará ver sino a aquellos que poseen el don de la sencillez y la humildad de corazón, como escucharemos en el Evangelio. Tened confianza, que no saldréis defraudados de esta experiencia y recordad lo que nos pide: amor fraterno, servicio humilde y generoso, ser justos, y la misericordia con el pobre.

+ José Manuel Lorca Planes

Obispo de Cartagena

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