Carta del obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca
La Palabra de Dios de este domingo nos ilumina para poder vivir mejor la vida cristiana. En la primera lectura del libro del Eclesiástico se resalta cómo el Señor ha creado al hombre concediéndole uno de los más hermosos dones, como es el de la libertad, para que pueda tomar sus propias decisiones en la vida: “si quieres, guardarás sus mandatos”. De alguna manera se nos recuerda la meditación de las dos banderas en los ejercicios ignacianos, porque nos pone delante de nuestros ojos los dos caminos a elegir: o bien el de la muerte, o el de la vida, el mal o el bien, y se nos pide tomar la decisión, una decisión que depende de cada uno de nosotros. El creyente sabe que desde su libertad es como se puede afianzar en su fidelidad a Dios y que Dios no le coacciona en absoluto sobre la decisión a tomar, porque el Señor no violentará su libertad. Así lo expresa el Catecismo de la Iglesia Católica (n 1730), cuando habla de la libertad del hombre: «Dios ha creado al hombre racional confiriéndole la dignidad de una persona dotada de la iniciativa y del dominio de sus actos. «Quiso Dios ‘dejar al hombre en manos de su propia decisión’ (Si 15,14), de modo que busque sin coacciones a su Creador y, adhiriéndose a él, llegue libremente a la plena y feliz perfección» (GS 17): El hombre es racional, y por ello semejante a Dios, creado libre y dueño de sus actos (S. Ireneo, haer. 4,4,3)». Este tema es vital en la convivencia humana, por eso, el cristiano debe tener muy claras las ideas y actuar en la vida y en sus responsabilidades según ese don de Dios, porque un hombre libre busca hacer siempre el bien y es responsable. Claramente lo dice el Catecismo de la Iglesia Católica, (n. 1731): “La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y en la bondad. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza”.
En la lectura atenta del salmo nos daremos cuenta de que nos dice que una persona, que ha ejercido su libertad eligiendo a Dios, ha acertado en la vida, porque esa será la explicación de su felicidad, una dicha que nace en la fidelidad a Dios, que manifiesta su voluntad por medio de la ley. El apóstol Pablo, en la primera carta a los Corintios, como escucharemos, nos dice que el que ha puesto su confianza en Dios ha acertado plenamente, porque recibe una sabiduría especial por haberse fiado de Dios y goza de un don inmenso y gratuito, que es el haber conocido en Cristo el plan salvífico de Dios. La puerta de acceso a Dios no es otra que la del amor.
En el Evangelio de san Mateo podremos ver que se presenta a Cristo como el verdadero intérprete de la ley, lejos de la forma que tenían los fariseos. Pero no se debe caer en el simplismo de que rompe con todo, por eso, dice que “Él ha venido a cumplir y dar plenitud hasta la última letra o tilde”. La conclusión que plantea es la de que hay que vivir en fidelidad y coherencia total con la voluntad de Dios, porque quien actúa así, va más allá de la ley. Las seis antítesis que pone el Evangelio nos enseñan cómo debe afinar el que se deja llevar de la voluntad de Dios, en estos ejemplos se ponen de relieve las exigencias profundas de la voluntad de Dios que, sin quedarse en las minucias, nos enseñan la fina sensibilidad para alcanzar la salvación, para pertenecer al «Reino».
+ José Manuel Lorca Planes
Obispo de Cartagena