Día del Domund

Escrito de Mons. Lorca Planes, Obispo de Cartagena.

Domingo XXIX. Ordinario. A. 2014

En este domingo celebramos el día de las misiones, el DOMUND. En la cartelería de este año se propone como lema: «Renace la alegría», inspirándose en el mensaje del Papa Francisco para esta jornada. La intención es que tomemos conciencia de la responsabilidad que tenemos sobre la misión y sobre la urgente necesidad de ayudar a las jóvenes iglesias a crecer en la fe, acercando a los hermanos al corazón de Dios, por medio del Evangelio, acompañado del ejemplo personal. El anuncio de Jesucristo ocupa el centro de nuestra actividad evangelizadora y de todo intento de renovación eclesial, por eso, a ningún misionero se le pasa por alto el cuidado y respeto hacia estos hermanos y trabajan, tanto en promoción humana, como en la evangelización, para que conozcan mejor el camino de la belleza de la fe. Los misioneros practican las actitudes que dice el Papa Francisco: cercanía, apertura al diálogo, paciencia, y con la acogida cordial que no condena . Entregan su vida, se ofrecen hasta que les faltan las fuerzas y nos hacen sentirnos orgullosos de su vida gastada y generosa.

La esencia de la Iglesia es la misión, el anuncio de la Buena Nueva es portador de la esperanza en Cristo y no puede encerrarse en sí mismo. El Papa Francisco nos lo ha recordado en varias ocasiones: el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón… todo está confiado a la custodia del hombre, y es una responsabilidad que nos afecta a todos. Sed custodios de los dones de Dios. El Sucesor de Pedro nos está llamando a llevar la esperanza hacia las periferias, pero no sólo geográficas, sino también existenciales y esta es una tarea de todos.

No podemos quedarnos al margen de esta hermosa vocación de llevar la Buena Nueva a los que no la conocen, al menos, no podemos dejar de colaborar, porque las angustias y sufrimientos del hombre son las angustias y sufrimientos de la Iglesia. Y no hay angustia ni sufrimiento mayor que el no conocer a Dios. Cuando vayáis a la Misa este domingo id preparados, porque os pasarán el cepillo para ayudar a esta causa. Sed generosos y no lo dejéis para otro día, porque este es el día del corazón, de la solidaridad y cercanía a los proyectos evangelizadores y de los trabajos de los misioneros. La contribución económica personal es el signo de una oblación de sí mismos, en primer lugar al Señor y luego a los hermanos, porque la propia ofrenda material se convierte en un instrumento de evangelización de la humanidad que se construye sobre el amor.

Que Dios os bendiga, porque con vuestra ayuda estáis haciendo posible el anuncio que responde al anhelo de infinito que hay en todo corazón humano. Gracias.

+ José Manuel Lorca Planes

Obispo de Cartagena

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