Reflexión semanal del Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes.
Día de la Iglesia Diocesana
Domingo XXXIII. Ordinario. A. 2014
Celebramos el día de la Iglesia diocesana e invitamos a todos al gozo de ser familia, no por razón de la sangre, sino por una realidad que sólo puede comprenderse desde la fe. Todos sabemos lo que significa y lo que exige ser Iglesia, como la asamblea de los que, por el Bautismo, hemos sido hechos hijos de Dios, miembros de Cristo y templo del Espíritu Santo. La Iglesia es el Pueblo de Dios, que acepta a Jesús como Señor y al Evangelio como estilo de vida; es sacramento universal de salvación; es misterio de comunión, de amor y unidad, cuya fuente es Cristo. El Espíritu, que está permanentemente activo en ella, suscita los carismas que la hacen fecunda y enriquecen al mundo (cfr. Lumen gentium, 12). Esta Iglesia, fundada en Cristo, el Señor, y fecundada por su Espíritu, se convierte, a pesar de sus debilidades y mediocridades, en mediación para la salvación. Su existencia, su testimonio y sus acciones son un instrumento por el que Dios nos comunica su vida, su libertad y su amor.
Nuestra Iglesia de Cartagena se siente invitada por el Señor a crecer en la comunión y en la santidad, por eso nos debemos poner en las manos del Espíritu y profundizar en la virtud de la caridad, un amor de entrega, cuyo modelo es Cristo, si queremos vivir una vida santa con un alma sencilla y libre. Jesús lo explica mejor en su Palabra y nos pide que nos abandonemos en el Señor.
Hoy consideramos el día a día, porque salen a nuestro encuentro las diferentes necesidades que surgen a un pueblo, a una Iglesia que necesita reunirse, celebrar, formar, animar… y los medios que disponemos han de ser cuidados, reconstruidos, levantados de raíz, protegidos… Por eso, otro año más os pido que seáis generosos con vuestras ayudas para seguir adelante, que os sintáis implicados en esta aventura de mimar a nuestra Iglesia de Cartagena en sus necesidades. Por fin, durante este curso comenzaremos a levantar la Iglesia de Cristo Rey de Lorca, que se hundió en el terremoto; también están pendientes de iniciar, consolidar, restaurar o terminar de pagar las obras que la Diócesis ejecuta directamente, o en la participación proporcional en las obras de los templos de nuestros pueblos y barrios.
¡La Iglesia necesita tu ayuda y tu compromiso económico! Esta es la llamada, así de sencilla y así de contundente, para poder seguir desarrollando las actividades evangelizadoras. Vaya por delante el agradecimiento y la seguridad de nuestra oración ante la Santísima Virgen de la Caridad.
+ José Manuel Lorca Planes
Obispo de Cartagena