Adviento, tiempo de esperanza

Escrito del Obispo de Cartagena en el I Domingo de Adviento.

Esta semana comienza para los cristianos el tiempo de Adviento, una etapa nueva en el año litúrgico, cuyo objetivo es la preparación para la fiesta de la Navidad, por esta razón todo está enfocado a sensibilizarnos en la fe, para que descubramos al Señor en medio de nosotros. Es un tiempo de alegre esperanza, una llamada a renacer de la huella de las cenizas que nos han dejado nuestros pecados, para volver el rostro al Señor de la Vida, por ello es también un tiempo de conversión. El tono de las oraciones y de las lecturas que se nos proponen es muy positivo, centrado en la confianza y en una sinfonía de dones que nos promete Dios. Escuchad atentamente las lecturas, que comienzan con una palabra profética, la del profeta Jeremías, que insiste en la intención de Dios, en su propuesta firme de abrir caminos: «Suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra». No aparecen para nada los temores ni castigos, sino proponer y crear motivos para la esperanza, para la justicia y la paz. Esta es la voluntad de Dios.

En el Evangelio se utiliza un lenguaje duro, que puede parecer amenazante, un tanto extraño, pero lo que pretende es dar respuestas a nuestros problemas y lo hace después, reforzando nuestra seguridad con una invitación a estar vigilantes y preparados, a no tener miedo. La lectura del Evangelio necesita reposo, hacer un silencio meditativo de la misma para repasar lo sucedido en nuestro mundo y ver como no tiene nada de fácil, ya que vemos temblar muchos valores humanos, que nos sobrecoge la violencia amenazante del terrorismo y causa pánico; cómo peligra el regalo de la vida, la familia, el derecho a la educación de la prole; ¿no es amenazante el secularismo que pretende alejarnos de Dios, asegurando que es el causante de todos los males? También están las consecuencias de las crisis económicas… Estas cosas son los signos del ocultamiento del sol y las estrellas, lo que causa angustia a mucha gente, lo que lleva al desaliento y la ansiedad a nuestros vecinos… Pero reconozcamos como, en medio de estas tormentas, la Palabra está alimentando la esperanza, porque dice que no nos derrumbemos, que alcemos la cabeza, que viene nuestra liberación… que no nos dejemos embotar la mente con los agobios de la vida, que abandonemos el pecado… y ved cómo Dios regala la fortaleza y la serenidad.

Adviento va a ser un tiempo de ver, contemplar y escuchar a Cristo, porque ha sido enviado a nosotros, por amor, sólo por amor y para nuestra salvación: «Porque tanto amó Dios al mundo, que le dio a su unigénito Hijo, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga la vida eterna» (Jn 3, 16). Adviento va a ser este año un tiempo especial, porque comenzaremos el Jubileo de la Misericordia, que nos acercará aún más a Nuestro Señor, Camino, Verdad y Vida: «La primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo», dice el Papa en la Bula del Jubileo de la Misericordia. Os ruego que abráis los oídos para escuchar la voz de Dios.

+ José Manuel Lorca Planes

Obispo de Cartagena

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