Murcia acoge con devoción la llegada de su Patrona, la Virgen de la Fuensanta

Diócesis de Cartagena
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La diócesis de Cartagena es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la catedral de Santa María, situada en la ciudad de Murcia.

Partió desde su Santuario en Romería para permanecer en la ciudad durante las Fiestas de Septiembre.

Una multitud de murcianos salió ayer a recibir a su Patrona, la Virgen de la Fuensanta, que desde su Santuario partió en Romería para permanecer en la ciudad durante las Fiestas de Septiembre, celebradas en su honor. Entre vítores, piropos y pétalos de flores, La Morenica hacía su entrada, rodeada del cariño y devoción de sus hijos que firmemente aguardaban su venida.

Sobre las siete y cuarto de la tarde, La Fuensanta llegaba a la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, donde la esperaba el Sr. Obispo, Mons. José Manuel Lorca Planes, junto a varias autoridades eclesiásticas, así como el Alcalde, D. Miguel Ángel Cámara con la corporación municipal y otras autoridades civiles y militares. Tras el cálido recibimiento de la Virgen, partieron en procesión hacia la Iglesia Catedral, donde permanecerá hasta el 13 de septiembre.

A su paso por la calle Arenal, en presencia del Sr. Obispo y el Alcalde de Murcia, descubrieron una placa en honor a D. Fernando Monerri, quien salvaguardó la imagen de la Virgen durante la Guerra Civil.

Al entrar en la Plaza Cardenal Belluga, Nuestra Señora realizó una parada frente a la Capilla de la Adoración Perpetua donde se encontró con su Divino Hijo Sacramentado. Completa la Plaza de fieles que acudieron a acoger a su Patrona, La Morenica hacía su entrada en el templo Catedralicio acompañada del Himno de España y el repique de campanas.

Desde el altar de la Catedral, el Pastor de la Diócesis dirigió unas palabras de bienvenida a la Santísima Virgen. Después de entonar una Salve, Mons. Lorca Planes animó a los feligreses a mantenerse “firmes en la fe” con la ayuda de María, acercándonos con Ella más a Jesús y construyendo una familia en la que nos sintamos como verdaderos hermanos. A su protección maternal encomendó nuestro Obispo Diocesano los corazones de los murcianos.

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