Las Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial reabren el convento que las clarisas dejaron hace dos años por falta de vocaciones. Decía san Juan Pablo II en su mensaje para la XXXIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 1999 que los medios de comunicación deben ser una «presencia amiga para quien busca al Padre». Lema que se convierte en insignia para las Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial (CEPC), una asociación de reciente creación en Colombia que el lunes se presentaba ante el pueblo de Mula. Tres religiosas forman la comunidad que ocupa el Real Monasterio de la Encarnación, que las clarisas dejaron hace dos años. «Damos gracias a Dios porque ha escuchado nuestra suplica… Cuando las dos hermanas que quedaban se unieron a nuestra comunidad de hermanas clarisas de Elche, todo nuestro afán y nuestro interés no fue otro sino buscar una comunidad religiosa que llenara el vacío que aquí quedaba», dijo madre Clara, abadesa de la comunidad de clarisas de Elche. El lunes por la tarde tuvo lugar la celebración de la Eucaristía en la que se firmaron los documentos de la cesión del convento. El obispo de la Diócesis de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, presidió la Misa, en la que dio la bienvenida a estas monjas venidas de Colombia: «Dios no distingue fronteras, porque tiene un corazón tan grande y tan amplio que cabemos todos y en su corazón todos somos hermanos. Somos la familia de los hijos de Dios». Además, el obispo se mostró contento por la llegada de un nuevo carisma a la Diócesis: «Un regalo para todos». Asimismo, agradeció a las Hermanas Pobres de Santa Clara el tiempo que vivieron en Mula, «de austeridad, en pobreza y sencillez de vida». Las hermanas comunicadoras, por su parte, también dieron las gracias por ser acogidas para poder seguir ejerciendo su carisma en esta región. Comunicadoras del Evangelio Contemplativas en acción. Así definen estas religiosas su carisma, centrado en la comunicación del Evangelio, en el anuncio de la Buena Noticia a través de los medios de comunicación actuales, sin apartar su vista de la oración y la adoración; siguiendo así las palabras de uno de sus patronos, san Juan Pablo II: «Un buen comunicador es siempre un buen contemplativo». Además, cuentan con otros santos en los que fijarse y encomendarse: la Virgen María, san José, san Josemaría Escrivá de Balaguer y san Pío de Pietrelcina. La asociación de Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial nació en 2004 en Colombia, de la mano de la madre Gabriela del Amor Crucificado y del sacerdote Antonio Lootens. Está formada, en parte, por fotógrafas, cámaras, guionistas, compositoras, músicas y especialistas en sonido, mujeres conocedoras de la labor que se desempeña en los medios de comunicación, para acercar el mensaje del Evangelio al mundo. La madre fundadora del CEPC les dejó claro el objetivo de su misión: «Que el Padre Celestial sea conocido, su meta; adorar a Jesús en la Eucaristía, su vida; comunicar en el Espíritu Santo, su misión; imitar a María Santísima, su motivación. Esta es la pequeña historia de un alma que sueña con ser libre para amar y evangelizar en y través del dinámico mundo de los medios de comunicación».
La entrada Mula recibe a la comunidad religiosa que habitará el monasterio de la Encarnación aparece primero en Diócesis de Cartagena.