Cartagena se une en la plegaria por el Santo Padre en un Vía Crucis y una Misa presidida por Mons. Lorca.
Convocados por la Vicaría de Cartagena, cientos de fieles, sacerdotes y seminaristas han asistido al Vía Crucis de Cuaresma que este año se ha ofrecido por el Santo Padre, coincidiendo con la festividad de la Cátedra de San Pedro que hoy celebra la Iglesia. Este Vía Crucis ha estado presidido por el Obispo de la Diócesis de Cartagena, Mons. D. José Manuel Lorca Planes, quien además ha oficiado Misa que se ha celebrado al concluir el Vía Crucis en la parroquia de Santa María de Gracia.
A las seis y media de la mañana han comenzado el itinerario desde la Basílica de la Virgen de la Caridad. Meditando las estaciones del Vía Crucis y entonando cantos que acompañaban el trayecto, han continuado recogidos en oración hasta el templo de Santa María de Gracia para participar de la Eucaristía.
En su homilía, Mons. Lorca Planes ha destacado «la importancia y valor del ministerio petrino». Refiriéndose al Pontífice, ha remarcado que «podemos estar seguros de que el amor a Cristo ha sido tan hermoso que todo el magisterio lo ha centrado en él, hasta en los mínimos detalles, en una vida generosa, sencilla, ofrecida con gran humildad». «Le reconocemos su valor intelectual, pero también su querer ser el último».
El Sr. Obispo ha comentado que el Papa «nos ha ayudado a asentar nuestra vida como cristianos», como se recoge en todo su magisterio, que nos habla de fe, esperanza y caridad. De igual modo, ha señalado la manera en que Benedicto XVI nos ha enseñado a «contemplar el misterio de Dios sin esfuerzo».
Ensalzando la espiritualidad del Papa Benedicto XVI, su gran inteligencia y su profunda humildad, el Sr. Obispo ha animado a los presentes a orar por las intenciones del Pontífice y por su Sucesor. En acción de gracias por el Pontificado de Benedicto XVI, Mons. Lorca asegurado que su magisterio «es un tesoro de gracia que siempre recordará la Iglesia».
El Prelado ha concluido indicando que el de esta mañana ha sido «un Vía Crucis de María», al haber partido de la Basílica de La Caridad y finalizado en Santa María de Gracia. Así, ha manifestado su deseo de que «no nos apartemos de Ella, pues nos acercará al misterio y voluntad de Dios y dará sentido a nuestra vida».
