Este domingo, 18 de noviembre, ha tenido lugar la apertura al culto de la iglesia parroquial de San Mateo de Lorca, tras más de un año cerrada a causa de los terremotos que acaecieron el 11 de mayo del pasado año 2011.
Ayer tuvo lugar la esperada apertura al culto de la iglesia parroquial de San Mateo de Lorca. Durante más de un año, el culto parroquial se ha estado celebrando en un pequeño salón parroquial con capacidad para 250 personas, en el que han tenido lugar todos los actos parroquiales, incluidas primeras comuniones y dos celebraciones matrimoniales.
A las 19:00h comenzaron a sonar las campanas del templo que abría sus puertas, tras una larga espera, mientras los fieles se iban acercando a la celebración. El sitio escaseaba hasta quedar, incluso, muchos fieles en pie; pero la ocasión se había hecho de esperar, como para perderse tan importante acontecimiento.
A las 19:30h empezaba la Eucaristía con más de 30 sacerdotes concelebrantes. El Sr. Obispo, que fue párroco de San Mateo durante diez años, cerraba la procesión de entrada con la música de la coral «Modus Novus», que acompañó toda celebración con música litúrgica. Una monición del Vicario Episcopal de Lorca y actual párroco, D. Francisco Fructuoso Andrés, recordaba todo lo vivido durante este tiempo, así como el esfuerzo de tanta gente que ha hecho posible que el templo reabra las puertas, después de mucho trabajo.
Tras la lectura de la Palabra de Dios, el Obispo, Mons. D. José Manuel Lorca Planes, dirigió una homilía a todos los presentes, en la que hizo hincapié en los momentos vividos a la luz de la fe. Desde el exilio en Babilonia, que sufrió el pueblo de Israel, hizo una reflexión sobre la necesidad de «tener un lugar de encuentro donde rezar y vivir la fe», pues este pueblo «se tuvo que centrar sólo en su experiencia de Dios y su Palabra, al no tener el templo». El Pastor, con emoción y energía, fue haciendo presente sus experiencias con el pueblo de Lorca, desde que sufrió el terremoto; al mismo tiempo daba ánimos a los lorquinos, pues la apertura no es algo para detenerse, «todavía queda mucho por hacer, y muchos templos por abrir».
La homilía acabó referida a las personas que han colaborado para la reapertura, haciendo todo lo que estaba en sus manos para ese día. Pidiendo perdón por no poder hacer alusión a todas las personas, que han colaborado, de una manera u otra, por ser tantas, sí quiso agradecer y dar palabras de ánimo al párroco, D. Francisco Fructuoso, que vivió los terremotos y ha estado ejerciendo día a día su labor pastoral en unas condiciones muy precarias; al mismo tiempo, agradecía al Vicario de Economía, D. Antonio León, toda su labor, pues el templo ha podido tener las obras de reconstrucción gracias a la aportación del Ministerio de Fomento, pero también gracias a los generosos donativos de multitud de creyentes que colaboraron desde el primer momento con la iglesia que había sufrido los terremotos. Finalmente, el Obispo agradeció a D. Lázaro Caballero, responsable de Cáritas interparroquial de Lorca, su presencia, pues los donativos recibidos no han sido sólo para restauración, sino, sobre todo, para ejercer la caridad con los damnificados por los seísmos. La labor de Cáritas, día a día, se ha hecho sentir, y es parte innegable de la realidad cristiana, ejercer la caridad con los que sufren, por lo que el Obispo invitaba a seguir trabajando en este gran proyecto.
Los fieles congregados no pudieron contener su emoción en varios momentos, surgiendo espontáneos aplausos en diversas ocasiones. Tras la homilía, la Eucaristía prosiguió con oraciones y momentos que recordaban la consagración del templo, de gran importancia para el día en que se reabría.
Acabada la celebración, los fieles congregados, con manifiesta alegría, saludaban al Obispo y otros sacerdotes que ejercieron su ministerio en esta parroquia, antes de marcharse, con la gran alegría de tener reabierta una iglesia donde vivir, como comunidad, una fe que ha hecho posible seguir adelante en momentos difíciles, sabiendo que Dios está con su Iglesia en todas sus necesidades.
Pablo Jareño
