La Delegación de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Cartagena sigue realizando su labor de acompañamiento a los internos de los dos centros penitenciarios de la Región de Murcia, respetando las medidas vigentes de prevención ante la expansión del coronavirus. La pasada semana, los presos de las cárceles de Sangonera la Verde (Murcia) y Campos del Río festejaron el día de su patrona, Nuestra Señora de la Merced.
En el Centro Penitenciario Murcia I de Sangonera la Verde, los voluntarios de Pastoral Penitenciaria organizaron un concurso con el objetivo de dar a conocer a los internos el significado de la advocación mariana de la Merced, así como el motivo por el que es patrona de los cautivos. Casi la totalidad de los reclusos de este centro participó en el certamen en el que se trataron valores como el perdón, la fe o la esperanza. «Nos ha sorprendido leer en estos trabajos cómo expresan cosas que no son capaces de comunicar en persona y que te hacen ver que estás ante algo sagrado; ha sido una experiencia preciosa, a pesar de no haber podido estar físicamente con ellos», asegura Josefa Vera, responsable de los voluntarios de Pastoral Penitenciaria en Sangonera la Verde. Vera destaca, además, que, aunque no han acudido presencialmente a la cárcel, los voluntarios no han perdido el contacto con los presos ni con sus familiares durante este tiempo de pandemia. El 24 de septiembre, día en el que la Iglesia conmemora la fiesta de Nuestra Señora de la Merced, celebraron en la capilla de este centro penitenciario la Misa en honor a la patrona, a la que pudieron asistir los capellanes de esta prisión, cinco voluntarios, la directora del centro y un grupo reducido de reclusos para garantizar la distancia de seguridad sanitaria y respetar el aforo máximo permitido.
También en el Centro Penitenciario Murcia II de Campos del Río quisieron conmemorar esta festividad. El vicario de la zona pastoral de Caravaca-Mula, Jesús Aguilar, presidió la Eucaristía que se celebró en el salón de actos, junto a Antonio Sánchez, capellán de esta prisión. En su homilía, Aguilar habló de la importancia de mantener la esperanza y recordó su experiencia como capellán de prisión, donde pudo descubrir “el sufrimiento que hay en las cárceles”. En la celebración participó el coro de este centro, formado por internos. Al término, uno de los reclusos hizo una oración a la Virgen de la Merced.