Cartagena celebró la semana pasada la fiesta de la que fuera su patrona, la Santísima Virgen del Rosell. Una fiesta que se celebra cada año en torno al segundo fin de semana de noviembre. Para celebrarlo, la parroquia de Santa María de Gracia organizó un triduo en honor a la Virgen del Rosell, del 9 al 11.
El vicario general de la Diócesis de Cartagena, Juan Tudela, presidió la misa en la clausura del triduo, invitando a los fieles a mirar a María y a invocarla como “nuestra Madre”. “Nadie como María ha sabido responder a la voluntad de Dios; en Ella, el pecado no ha puesto su huella”, dijo Tudela.
En la misa de la fiesta de la Virgen del Rosell, el Ayuntamiento de Cartagena renovó el voto a los cuatro santos cartageneros, una promesa que data de 1694, año en el que una tempestad, conocida como la borrasca de Santa Catalina, puso en peligro a la ciudad, salvándose milagrosamente de ser arrasada. Los habitantes de Cartagena se encomendaron San Fulgencio, San Isidoro, San Leandro y Santa Florentina, y fue a ellos a quienes atribuyeron el milagro. Desde entonces, la Corporación decidió realizar una ofrenda a los santos cartageneros como acción de gracias.