«¡Nuestros hermanos son perseguidos, son enviados fuera, deben dejar sus casas sin tener la posibilidad de llevarse nada! Aseguro a estas familias y a estas personas mi cercanía y mi constante oración». Con estas palabras del Papa Francisco comenzó ayer el Obispo de Cartagena su homilía durante la Eucaristía ofrecida por los cristianos que están sufriendo persecución. Más de 500 personas acudieron en la tarde de ayer a la Catedral, secundando la convocatoria realizada por el Sr. Obispo, para rezar por quienes están siendo perseguidos y asesinados a consecuencia de su fe en Cristo.
Mons. Lorca Planes aseguró sentirse sin palabras ante las escenas de dolor y sufrimiento que vemos a diario en los medios de comunicación y aseguró que «se hace cada vez más urgente responder con una rápida asistencia a la multitud de refugiados, que garantice su seguridad entorno a sus ciudades y hogares», tal y como ha pedido el Papa a la comunidad internacional y los obispos europeos a las Naciones Unidas.
«Los gritos de los refugiados y de los muertos a causa de una injusta persecución están resonando en la conciencia del mundo», explicaba el Prelado, asegurando que la única «puerta a la que podemos llamar» es a la de Dios, porque «llamamos al que sabemos que nos escucha, nos atiende y puede ayudarnos».
El Sr. Obispo le pidió a Dios que toque el corazón de los gobernantes que tienen poder para frenar esta barbarie, de los violentos que persiguen y matan a quienes no piensan y sienten igual que ellos, y de todos los cristianos para que no permanezcamos indiferentes ante la situación de dolor que viven millones de hermanos en diferentes zonas del mundo, «culpables solamente de ser fieles al Evangelio y de vivir con coraje su pertenencia a la Iglesia».
Antes de finalizar la Eucaristía se realizó la Exposición del Santísimo y ante Jesús Sacramentado el Sr Obispo pidió de nuevo por los que están siendo perseguidos a consecuencia de su fe. Y elevó también una súplica por los más débiles, «los niños que se están gestando en el vientre materno y a los que se les impide nacer matándolos, sabemos que están ya en la presencia de Dios».
A la misma hora se realizaron también vigilias de oración en diferentes parroquias de la Diócesis para rezar por los cristianos perseguidos.
