«La fachada de la catedral de Murcia es la expresión en imagen de lo que es la Diócesis de Cartagena». De esta forma describe el director del Museo de la Catedral, el sacerdote Francisco Alegría, la fachada del templo madre de la Diócesis de Cartagena. Una fachada barroca «que sigue la división clásica de cuerpos y de calles, pero enriquecida de una manera extraordinaria con la escultura». A través de las imágenes que recoge la portada de la catedral se puede hacer un repaso por la historia de la Diócesis de Cartagena, «desde su fundación apostólica hasta la gloria de sus santos». Esa historia de la Iglesia diocesana comenzó con uno de los apóstoles, Santiago. Cuenta la tradición que entró por el puerto de Cartagena, por la dársena que hoy lleva su nombre en el barrio pesquero de Santa Lucía. Un hecho que también recoge la fachada del templo murciano. En el momento de la construcción de esta, la predicación del apóstol Santiago y la fundación de la Diócesis a través de esta, estaba presente y se presentaba ya como acontecimiento fundamental en nuestra historia. Además, el propio apóstol aparece «culminando la fachada en una imagen con una iconografía interesante: Santiago apóstol plantando la cruz, plantando la fe» en esta tierra. Pero no es el único santo diocesano que aparece en este imafronte, también están, entre otros, los cuatro santos cartageneros: san Fulgencio (patrón de la Diócesis), san Isidoro, san Leandro y santa Florentina. Al igual que aparece la Cruz de Caravaca. Elementos que la convierten, según Francisco Alegría, en «un libro abierto en imágenes que cuenta las grandezas de la Diócesis de Cartagena». Sin duda es, la de la catedral, una fachada que no pasa desapercibida y que se muestra como protagonista en miles de fotografías tomadas cada día. Pero no fue la primera que tuvo el templo catedralicio. «La de Murcia es una catedral gótica y por ello tuvo un acceso gótico a sus pies, en el extremo de la nave. En el siglo XVI se sustituyó, al ampliar la catedral, por una obra renacentista de la que apenas conocemos nada; debió de ser una obra importante pero su estabilidad no permitió que se prolongara más allá de dos siglos. En el siglo XVIII hubo problemas de estabilidad para la fachada renacentista y el Cabildo emprendió una obra magna, la construcción de la fachada barroca en sustitución de la renacentista. Es el telón maravilloso que se nos muestra como acceso al principal templo de la Diócesis», recalca Alegría. La entrada a este templo también tiene su significado, en cada una de las tres puertas que dibuja la portada, pues «son un símbolo de la parentela del Señor»: la puerta central, la Puerta del Perdón, bajo la imagen de la Santísima Virgen María; la de la derecha, dedicada a san José, y la de la izquierda, a san Juan Bautista. Sin duda, la fachada se ofrece como antesala de lo que se puede encontrar en el interior. Un templo que tiene como titular a la Virgen María y que se muestra como casa suya, lo que hace que su imagen, en la fachada, destaque sobre el resto: aparece en la hornacina central, pero también está su asunción a los cielos en el cuerpo superior. «La fachada nos predispone a entrar en el templo –señala Francisco Alegría-, sobre todo porque es muy recurrente saber que entramos a la casa de María, y la misma imagen de María que está en la hornacina central de la fachada, del imafronte, será la que encontremos presidiendo el altar mayor. Es la casa de María que nos acoge y que nos invita a entrar en su interior».
La entrada La fachada de la catedral: la antesala de la casa de María aparece primero en Diócesis de Cartagena.