Los jóvenes que peregrinaban a Roma con la Delegación de Pastoral Juvenil regresan a casa tras haber vivido «una experiencia maravillosa».
«Muy queridos jóvenes, nuestra esperanza es Jesús (…). Aspiren a cosas grandes, a la santidad, allí donde estén. No se conformen con menos. Entonces verán crecer cada día la luz del Evangelio, en ustedes mismos y a su alrededor». Así finalizaba ayer la homilía de la misa del Jubileo de los Jóvenes en Tor Vergata (Roma) el Papa León XIV, antes de que les animara a seguir caminando tras las «huellas del Salvador» y a contagiar «con el entusiasmo y el testimonio de su fe» a quienes encontraran de regreso a sus países de origen.
Entre el millón de jóvenes que han participado en el Jubileo había un nutrido grupo de la Diócesis de Cartagena. Unos 300 participaron en la misa de envío que el obispo presidió en la Catedral el 27 de julio. Junto a la Delegación de Pastoral Juvenil han peregrinado 150 jóvenes, aunque han coincidido en Roma con otros que lo hacían junto a sus parroquias u otras realidades eclesiales también de la Diócesis de Cartagena, como los 190 que peregrinaban con las parroquias murcianas de San Pablo y San Nicolás de Bari o el medio centenar de estudiantes de la UCAM.
«Ha sido una experiencia maravillosa», resumía el delegado de Pastoral Juvenil, Pablo García Félix, a su llegada a la capital murciana esta tarde. Ni los casi dos mil kilómetros que separan Roma de Murcia han conseguido desdibujar las sonrisas de los peregrinos que regresaban esta tarde a casa. Las horas de viaje en autobús han venido bien para descansar y también para rememorar y compartir los mejores momentos de la peregrinación.
«El Señor nos precede, va por delante preparándolo todo, y eso se ha hecho presente una vez más», señala García Félix, quien se hacía cargo de la pastoral de jóvenes hace algo más de un mes. Los encuentros multitudinarios, el calor, siempre traen algunos momentos de «sufrimiento», pero prevalecen para los peregrinos los momentos vividos y compartidos.
«Nos hizo especial ilusión ver al Papa León de cerca en Tor Vergata; la vigilia con la exposición del Santísimo en silencio, más de un millón de personas en silencio y de rodillas… Fue impresionante. Las palabras del Santo Padre a vivir en santidad y en una amistad sincera, a no tener miedo», destaca el delegado de jóvenes, quien también agradece la complicidad y el trabajo en equipo de los que junto a él han sido responsables de este grupo.
Una de las celebraciones que tocó especialmente el corazón de los jóvenes de nuestra diócesis fue el encuentro y la misa con los jóvenes españoles en la plaza de San Pedro. Unos 25.000 jóvenes, de diferentes rincones de la geografía española, cantando al unísono, «era como si fuésemos amigos de toda la vida», señala María Madrid, de la Parroquia San Fulgencio de Cartagena. Se animó a participar en la peregrinación sin muchas expectativas, y regresa a la ciudad portuaria sorprendida y deseando contar lo vivido a su grupo de la parroquia y de volver a encontrarse con los amigos que ha hecho en el viaje.
También le impresionó este momento a Cayetano Martínez, de la Parroquia Santiago el Mayor de Totana: «La experiencia ha sido espectacular, sobre todo al coincidir con jóvenes de todo el mundo. Me gustó mucho visitar el Vaticano, pasar por la Puerta Santa; la misa con los jóvenes de España con la fachada de la basílica de San Pedro de fondo fue impresionante; el encuentro en Tor Vergata, ver pasar al Papa de cerca… Cualquier joven se lo habría pasado genial, eso es lo que quiero transmitir».
El Papa despidió a los jóvenes ayer tras rezar con ellos el Ángelus recordando a dos jóvenes peregrinas fallecidas en los últimos días, una española y una egipcia; y también a los jóvenes que viven en los lugares «ensangrentados» por la guerra, con un recuerdo especial a Gaza y Ucrania, y a los que no pudieron participar en el Jubileo: «En muchos países donde era imposible salir, hay lugares donde los jóvenes no pudieron hacerlo por razones que conocemos. Lleven esta alegría, este entusiasmo, al mundo entero. Ustedes son la sal de la tierra, la luz del mundo, y lleven este saludo a todos sus amigos, a todos los jóvenes que necesitan un mensaje de esperanza. ¡Gracias a todos y buen viaje!».
«Nos despidió recordándonos que nos espera en la JMJ de Seúl 2027, deseándonos un buen viaje y exhortándonos a ser mensajeros de esperanza», destaca el delegado de jóvenes.
La entrada «La experiencia ha sido espectacular, sobre todo al coincidir con jóvenes de todo el mundo» aparece primero en Diócesis de Cartagena.