En el día de ayer, el Sr. Obispo, Mons. D. José Manuel Lorca Planes, acompañado por su Consejo Episcopal y por mas de medio centenar de sacerdotes, presidió, en Rincón de Seca, su pueblo natal, la Misa de Exequias por la Madre María Campillo Hurtado, fundadora de las Hermanas Misioneras de la Sagrada Familia, que a la edad de 83 años fue llamada junto al Señor en la madrugada del pasado domingo, tras una larga enfermedad.
En su homilía, el Sr. Obispo quiso resaltar la labor tan grande que esta mujer de Dios ha hecho durante largas décadas, sobre todo con niños, jóvenes y ancianos. Su celo apostólico le llevaba, ya desde el principio, a organizar tandas de ejercicios espirituales para jóvenes, de los cuales, tal y como subrayó el Pastor de la Diócesis, «han surgido numerosas vocaciones de este pueblo para la vida religiosa y sacerdotal.» Su trabajo con los niños en las guarderías, y en estos últimos años, también con los ancianos han sido el sentido de su vida, siempre abierta a la voluntad de Dios y con una fidelidad grande a la Iglesia, a la que amaba entrañablemente.
«El amor de Dios me hace disponible para el otro». Con esta frase la M. María resumía su existencia, como el Sr. Obispo manifestaba. El amor a Dios y el amor a los hombres han sido los que han colmado de pleno sentido sus años de entrega incondicional y generosa.
Palabras de aliento y ánimo tuvo el Sr. Obispo de manera especial para los familiares y las Hermanas Misioneras de la Sagrada Familia, que han estado acompañadas por numerosas religiosas de otras congregaciones de la Diócesis. Para ellas pidió una oración especial, pues comienzan una nueva etapa, en la que habrán de continuar con el carisma y la tarea de la que ha sido su Fundadora y Madre General hasta ahora, la Madre Maria Campillo.