De la Diócesis de Cartagena.
El nuevo Rector de los Seminarios Mayor de San Fulgencio y Menor de San José juró en la mañana del viernes 2 de septiembre su cargo y ha hecho su profesión de fe ante el Sr. Obispo. D. Sebastián Chico ha renovado con este rito su “sí” al Señor. Consciente de la responsabilidad que asume, el nuevo Rector espera responder a Dios y ser fiel a esta llamada. Como el beato Juan Pablo II, quiere empezar su ministerio con las mismas palabras que él comenzó su Pontificado: “¡ALABADO SEA JESUCRISTO!”.
Enhorabuena por su nombramiento como Rector de los Seminarios Mayor de San Fulgencio y Menor de San José. Esta mañana ha jurado su nuevo cargo y ha hecho su profesión de fe ante el Sr. Obispo, ¿cuál es el sentido de este rito?
El sentido es que públicamente y ante el Pastor de nuestra Iglesia Diocesana, uno acepta lo que ya en su día aceptó, que fue cuando el Obispo me nombró Rector del Seminario, haciéndolo oficial. Es un acto muy sencillo, bonito, recogido.
¿Cómo ha vivido el acto de esta mañana?
Uno lo vive desde el momento de estar nuevamente diciéndole al Señor otra vez que sí. He estado recordando aquel primer paso, mi vocación sacerdotal, donde le dije a Dios que sí y, esta mañana, como entonces, le he dicho públicamente y ante el Obispo, al Señor que sí.
¿Qué sintió cuando supo que había sido nombrado nuevo Rector?
(Se ríe). Mucho temblor, mucho miedo… Sentí una gran responsabilidad que caía sobre mis espaldas y sobre mi vida entera. El ser Rector va a repercutir en toda mi realidad. Sentí un gran agradecimiento hacia el Sr. Obispo, puesto que sé desde ese momento en que me lo dijo, que es porque él confía mucho en mí y para mí eso es de agradecer. También una gran ilusión de iniciar un nuevo trabajo en un ámbito tan emocionante y tan hermoso como es el Seminario.
¿Cómo cree que debe ser el Rector de un seminario?
El Rector del Seminario, como cualquier sacerdote, incluso podríamos decir como cualquier cristiano, ha de tener como referencia al Señor. Cuanto más cerca esté de Cristo y cuanto más esté mi vida configurada a Jesús, más estaré siendo Rector. Ésa es mi gran preocupación. Intentar ser un verdadero testigo del Señor en medio del Seminario. Además tengo que ser un padre para los chavales, tengo que quererlos mucho. Son las grandes recomendaciones que estoy recibiendo estos días: “quiéreles mucho, quiéreles mucho”. Un Rector tiene que ser esa persona que organice esa comunidad, no solamente la comunidad humana, sino también la comunidad de lo que es la casa, el que forme el equipo, el que vele para que los formadores estemos unidos y trabajemos de forma organizada y en común. Con mi vida, con mi forma de ser, he de ayudar a aquellos que están haciendo este camino, que les llevará un día al presbiterio.
¿Cuál es su prioridad en este nuevo ministerio que se le ha confiado?
Ayudar a los muchachos a que, como nos decía el Sr. Obispo, esa llama que se ha encendido no se apague, sino que tenga suficiente oxígeno para que permanezca encendida. Ésa es mi gran prioridad, la mía y la de todos los superiores. Que estén cerca del Señor, que su vocación sea cuidada y que un día sintamos la alegría de que los hemos acompañado hasta el ministerio sacerdotal.
Nuestro seminario es uno de los más ricos en vocaciones de España, ¿cuántos seminaristas tiene la Diócesis actualmente?
En nuestro Seminario ahora mismo hay 27 jóvenes en el Seminario Mayor. En el Pre-seminario hay unos 12 chavales, aunque todavía no está claro porque estos días es cuando me están llamando, y en el Seminario Menor hay unos 30 niños.
El Sr. Obispo ha comunicado que nuestra Diócesis acogerá a seminaristas de la Diócesis de Guadix…
Los seminaristas que vienen desde el Seminario de Guadix son dos, que van a vivir con nosotros en el Seminario Mayor. Quiero agradecerle y también ponerme a disposición de D. Ginés, el Obispo de Guadix-Baza. Para mí es una ilusión tremenda iniciar esta etapa y ser también servidor; que desde nuestro equipo seamos servidores de esta Iglesia hermana.
Acaba de comenzar el curso, ¿qué espera para este año?
Lo que espero es responderle a Dios. Responder a esta llamada que se me ha hecho y ser fiel a ella. Responder y dar la talla ante lo que la Iglesia Diocesana me está pidiendo a mí y a mis compañeros formadores.
Tan querida y venerada en el Seminario, cuentan con la intercesión de “La Señora”, ¿qué le pediría en estos momentos?
Tanto a Ella, como a San José y a San Fulgencio, que son los dos titulares de ambos seminarios, les pido protección y su ayuda de cara a que vivamos esa fe viva.
No hay duda de que estarán bien protegidos…
También quiero poner la protección de todo el seminario bajo la intercesión del beato Juan Pablo II. Él comenzó su ministerio con una frase con la que también me gustaría empezar mi servicio en el Seminario. Él dijo aquello de “alabado sea Jesucristo”. Fueron las primeras palabras suyas cuando salió en el balcón de la logia y ésa también es mi frase con la que yo quiero expresar mi gratitud a Dios, ante este servicio que me está pidiendo: “¡Alabado sea Jesucristo!”.
