«Implicarse en pastoral juvenil es implicarse en la Iglesia, dejarse arropar por Dios», asegura Alba Nicolás.
El pasado 1 de febrero se celebró, en la parroquia de San José de Sangonera la Seca, la Asamblea General del Centro Diocesano de Pastoral Juvenil (CDPJ), donde, entre otras cosas, se realizó la elección de la nueva directora del centro. El Delegado Diocesano de Pastoral Juvenil, D. Manuel Verdú, presentó al Sr. Obispo el resultado de la votación que los mismos jóvenes realizaron el día de la asamblea, de la que salió elegida Alba Nicolás San Mateo.
Ayer, 11 de febrero, Mons. Lorca Planes ratificaba a la nueva directora del CDPJ, que comienza así una etapa de servicio y entrega a la Pastoral Juvenil Diocesana.
El Delegado Diocesano de Pastoral Juvenil asegura sentirse muy satisfecho con el nombramiento de Alba como directora del centro: «reúne buenas cualidades para servir como directora del CDPJ; con una fe cimentada en Cristo y con una vivencia profunda de eclesialidad, por eso estoy seguro de que trabajará con el resto de los jóvenes por llevar el Evangelio allá donde Jesús no es conocido».
Alba Nicolás San Mateo es una joven de 22 años que vive su fe en la parroquia de San Roque de Alcantarilla. Estudia el grado en Trabajo Social y tiene los títulos de Directora y Animadora de Ocio y Tiempo Libre, lo cual facilita su trabajo de animación con niños y jóvenes. Hasta el momento participaba en la Coordinadora de Jóvenes de la Suburbana I, representando a su parroquia, y es miembro de la Comisión de Voluntariado del CDPJ.
A partir de ahora, Alba comienza una nueva andadura en la Pastoral Juvenil, con la responsabilidad de representar a los jóvenes de la Diócesis y encabezar un equipo de trabajo, junto al Delegado de Pastoral Juvenil, que vele por llevar el Evangelio a los jóvenes.
La nueva directora del CDPJ ha contestado algunas preguntas, tras conocer la ratificación de su cargo por el Sr. Obispo:
¿Cómo te sientes siendo la nueva directora del CDPJ?
Realmente tranquila, pues me he sentido arropada y acompañada en todo momento tanto por los movimientos a los que pertenezco, los componentes de la pastoral juvenil, mi familia… y especialmente por la oración que muchos de ellos han dedicado estos días para que Dios nos concediera un poquito de discernimiento a todos. De tal manera que el sentimiento final es «agradecida»; agradecida a los jóvenes, sacerdotes y demás personas que en los últimos días me han ofrecido su disponibilidad, su compromiso y su ilusión para trabajar por y para los jóvenes de esta Diócesis.
¿Por qué es importante trabajar y formarse en Pastoral Juvenil?
Recuerdo que el Papa Francisco nos decía a los que estuvimos en Brasil en la JMJ que no podemos olvidar a los jóvenes, porque los jóvenes no son el futuro, son el presente. Por esto hay que trabajar con ellos, mano a mano, «sudando juntos la camiseta del equipo que defendemos». Pienso que como agentes de Pastoral Juvenil, como cristianos e incluso como personas en general, debemos siempre aspirar a mejorar, ser conscientes de que quizá podríamos hacerlo mejor y sobre todo trabajar desde la humildad de saber que nuestra metodología (por bien que parezca funcionarnos) quizá pueda ser mejorada… y en el caso de que encontremos algo realmente «bueno» pues simplemente procurar compartirlo para un beneficio de todos.
¿Qué retos te planteas como directora del CDPJ?
Como reto personal sólo me marco uno, no perder la ilusión y el espíritu de servicio, sin los cuales creo que me será imposible desempeñar esta labor. Los retos de los componentes del CDPJ, en cambio, sí son muchos, pues así se vieron reflejados en las propuestas realizadas en la asamblea del día 1 de febrero. Esperemos que esas propuestas puedan convertirse en hechos, o al menos en intentos, que consigan mejorar lo que ya tenemos.
¿Por qué deben los jóvenes de la Diócesis implicarse en esta pastoral, qué les aporta?
La Pastoral Juvenil es sin duda uno de los muchos medios para crecer en la fe; las aportaciones que el CDPJ ofrece a cada joven son, en mi opinión, distintas para cada persona. Para alguien será un punto de encuentro con otros jóvenes cristianos; para otros un lugar donde descubrir diferentes carismas o un lugar donde formarse, compartir, innovar, quizás un espacio de reflexión… pero en definitiva implicarse en pastoral juvenil es implicarse en la Iglesia, dejarse arropar por Dios y presentarle nuestros talentos y algún añadido al final de la parábola.
