Desde hace unos años, al comienzo de la Cuaresma el Sr. Obispo imparte un retiro para los sacerdotes diocesanos. Esta mañana el santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta acogía este encuentro en el que Mons. Lorca ha invitado a los sacerdotes a aprovechar este tiempo de Cuaresma para realizar una profunda conversión personal y también pastoral.
Para ser instrumentos eficaces, les ha invitado a renovar su fe, para vivir según las cualidades del sacerdote: alegría, santidad, amor esponsal y caridad. «El sacerdote tiene que ser capaz de amar con un corazón grande y puro, con celo divino y con ternura maternal».
También les ha animado a ser ‘puente’ que abra el camino en dos direcciones: hacia Dios llevando los problemas y sufrimientos de los hermanos; y hacia ellos llevando la luz de Dios.
«La necesidad pastoral es grande», ha explicado Mons. Lorca, por eso es necesario vivir en el amor que se entrega por entero. «En el amor esponsal no hay vacaciones, uno vive en vigilia por las necesidades del otro».
Les ha urgido también a la misión pastoral en las periferias tal y como hizo el Señor: predicando el Reino, haciendo el bien, anunciando el kerigma; a través de la oración, los sacramentos y la catequesis; y escuchando las necesidades del pueblo de Dios.
Al finalizar la catequesis, y una vez reservado el Santísimo, se ha celebrado una penitencial para que los sacerdotes pudieran confesar.