El pasado domingo, día 11 de noviembre, tuvo lugar un acontecimiento muy hermoso en el Seminario Diocesano. Se celebraba la Fiesta del Reservado, el día más grande del año para el Seminario Menor de San José. Estuvo toda la casa inmersa en la preparación para que los seminaristas menores y sus familias disfrutasen de fecha tan señalada. Ya desde la tarde anterior, con el rezo solemne de Vísperas comenzó el ambiente festivo. Se sucedían los ensayos y la preparación de altares, a pesar de la lluvia que amenazaba con aparecer.
«El domingo por la mañana amaneció soleado y fuimos despertados por los cohetes que nos recordaban la ocasión (cohetes que no nos abandonaron en todo el día)»- señalan desde el Seminario. Sobre las 10:30h comenzaron a llegar los padres y familiares de los seminaristas, ya que a las 11:00h tuvo lugar una reunión con los formadores. Este momento de encuentro fue muy agradable y sirvió para que conocieran al equipo formativo, así como el testimonio de los padres de Luis, uno de los seminaristas internos, contando la alegría de ver a su hijo feliz.
A continuación, a las 12:30h, se celebró la Eucaristía, momento central del día. Fue una ceremonia muy bella, en la que los seminaristas menores participaron activamente sirviendo el Altar y asistiendo a D. Sebastián Chico, Rector del Seminario, que la presidió. Fue un momento muy emotivo para los niños y jóvenes, para sus familias y los sacerdotes que nos acompañaban.
A partir de la comida, nuestro Obispo, Mons. D. José Manuel Lorca Planes, se incorporó a esta jornada, alentándoles con sus palabras y animando a seminaristas y a padres a responder con generosidad ante la vocación recibida. El ambiente alegre que había predominado hasta ahora se mantuvo a pesar de la lluvia que ya no les dejaría en todo el día. A continuación, la nota divertida la pusieron los seminaristas menores con un monólogo, una obra de teatro preparada por ellos, parodiando varios momentos que pasan en el Seminario y, para finalizar, cantando el himno del Seminario Menor.
En los primeros momentos de la tarde, dentro del marco de la liturgia vespertina, tuvo lugar el acto de admisión de los nuevos candidatos al Seminario San José y la Bendición e imposición de becas, de color morado, a todos sus miembros, recuperando una tradición que llevaba largo tiempo sin celebrarse. Acto, a través del cual, se les invitó a los seminaristas menores a que tomen conciencia de su «estatus especial» en el mundo: «ya no son chicos que se acercan dos veces al mes al Seminario, sino que son seminaristas menores y tienen que dar muestra de ello en el mundo, donde tienen que ser luz.» Seguidamente, se expuso el Santísimo y se rezaron las Vísperas.
Debido a la lluvia, este año no pudieron realizar la tradicional Procesión por los patios del Seminario, engalanados con los altares preparados por los seminaristas y la casa Sacerdotal. Con todo, el clima que reinó en el Seminario fue de alegría y fraternidad. Quedará en el recuerdo de los seminaristas menores y de sus familiares, que disfrutaron de una jornada en la que el centro fue Nuestro Señor Jesús hecho Eucaristía.
