El santuario del Amor Misericordioso de Collevalenza acogerá mañana sábado, a las 11:00 horas, la ceremonia de beatificación de Madre Esperanza, la fundadora de las congregaciones de las Esclavas e Hijos del Amor Misericordioso. Una gran peregrinación diocesana, encabezada por el Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, estará presente durante la ceremonia, sumándose a los miles de peregrinos que acudirán a este santuario, donde reposan los restos de Madre Esperanza.
Mons. Lorca Planes anima a los fieles diocesanos a que se unan mañana en oración por la santomerana que «encendió la luz del amor misericordioso de Dios» en toda Italia y en el mundo entero. Así mismo, el Sr. Obispo asegura que «es motivo de especialísima alegría y una posibilidad de unirnos en oración de acción de gracias a Dios por la beatificación de Madre Esperanza y orar también por todos los que viven su carisma, sean sacerdotes, religiosos, religiosas o laicos».
El 5 de julio de 2013 se aprobó el decreto de Beatificación de la Venerable Madre Esperanza de Jesús, eligiendo como fecha para la ceremonia el 31 de mayo de este año, en el santuario del Amor Misericordioso de Collevalenza (Italia). El proceso de canonización de Madre Esperanza comenzó el 8 de febrero de 1988 y el 23 de abril de 2002 se hizo público, ante el Papa Juan Pablo II, el decreto de las Virtudes Heroicas de Madre Esperanza, otorgándole el título de Venerable. Doce años después, el 14 de junio de 2012, el tribunal médico estimó inexplicable científicamente la curación de un niño por intercesión de Madre Esperanza.
Madre Esperanza, una vida entregada al amor
Dª María Josefa Alhama Valera nació el 30 de septiembre de 1893 en el Siscar, pedanía de Santomera. A la edad de 22 años decide ingresar como religiosa de clausura en las Hijas del Calvario de Villena, siendo la más joven del convento.
Poco después, en 1921, por orden del Obispo de la Diócesis de Cartagena, y debido a cuestiones de supervivencia, las Hijas del Calvario se fundirían con la Congregación Religiosa de las Misiones Claretianas, hoy llamadas Hijas de la Enseñanza de María Inmaculada. Sería en esos años cuando Madre Esperanza comenzó a cultivar su formación humana y espiritual.
Años más tarde, fue enviada al convento de Vélez Rubio, dedicándose a la enseñanza de niños. Al transcurrir un año de este nuevo destino fue trasladada, esta vez a Madrid, donde residió con los Padres Claretianos, congregación de la que también sería separada más tarde.
El motivo de estos continuos traslados era la incertidumbre de la Santa Iglesia ante Madre Esperanza como consecuencia de los hechos observados en su persona. Se decía que se habían notado en ella algunas «cosas sobrenaturales», tratando de determinar si estos hechos provenían de Dios o sólo eran «engaños o fantasías». Ante esta tesitura se pone a Madre Esperanza bajo observación del Santo Oficio, pero pronto se decide dar el voto de confianza a una persona que había demostrado su dedicación a Dios y su buena voluntad.
En la Navidad de 1930 Madre Esperanza fundó la Congregación de Esclavas del Amor Misericordioso en Madrid. Al poco tiempo se expandieron por diversos puntos de la geografía española conventos de esta congregación que acogían a pobres y niños.
Con el estallido de la contienda civil española y los prolegómenos de la II Guerra Mundial, la santomerana viaja a Roma en 1936, entregándose al cuidado de los heridos afectados por los bombardeos y de las víctimas de la guerra. Fue en estos momentos cuando se ocupó de proporcionar alimentos a aquellos que entonces nada tenían. Durante esos difíciles años también procede a nuevas fundaciones de conventos en territorio italiano.
La fundación de una nueva Congregación de los Hijos del Amor Misericordioso en la ciudad italiana de Collevalenza el 15 de agosto de 1951 fue un punto clave en la trayectoria biográfica de Madre Esperanza. Fue en esta ciudad, perteneciente a la Diócesis de Todi, donde Madre Esperanza se establece definitivamente.
Desde allí la devoción del Amor Misericordioso conocerá un rápido desarrollo y expansión por Italia, al igual que años atrás lo había conseguido por distintas partes de España.
Con objeto de difundir el concepto de la gran amabilidad de Dios y de su ilimitado Amor para con los hombres, construyó en Collevalenza (Italia) el Santuario del Amor Misericordioso, donde Madre Esperanza consumará su vida dedicada íntegramente a la ayuda a los más necesitados. Atendió a los peregrinos que se acercaban hasta el santuario, escuchándolos y dándoles consejo y consuelo. Se llega a decir de Madre Esperanza que «su corazón vivía en el cielo pero sus pies estaban en la tierra».
Su vida estuvo señalada por diversas enfermedades de las que solía sanar, muchas veces bajo el asombro de los médicos que la curaban. Falleció el 8 de febrero de 1983 a los 90 años en Collevalenza, ciudad donde descansan sus restos mortales en la cripta del Santuario del Amor Misericordioso.
La fama de santidad y de milagros que esta religiosa tuvo en vida continuó después de su muerte, siendo iniciado en 1998 el largo proceso para su Beatificación y Canonización.