Al finalizar el rezo del Ángelus, el Papa Francisco hizo ayer un llamamiento a las parroquias, comunidades religiosas, monasterios y santuarios de toda Europa para que acojan a los refugiados en un «gesto concreto en preparación al Año Santo de la Misericordia» y haciendo vida el Evangelio: «Ante la tragedia de decenas de miles de refugiados que huyen de la muerte por la guerra y el hambre, y que han emprendido una marcha movidos por la esperanza vital, el Evangelio nos llama a ser «próximos» a los más pequeños y abandonados. A darles una esperanza concreta. No vale decir solo: ‘¡Ánimo, paciencia!…’ La esperanza cristiana es combativa, con la tenacidad de quien va hacia una meta segura».
Ante la petición del Santo Padre, el Obispo de Cartagena conversará con Cáritas para vertebrar la ayuda que pueda facilitar la Diócesis. «El Papa Francisco ha tomado la iniciativa, se ha puesto delante y nos pide solidaridad, mientras el mundo se está entreteniendo en «conversaciones» que no sé cuándo terminarán… El mismo Papa había escrito en la exhortación apostólica Evangelii gaudium, que ante estas realidades no nos podemos cruzar de brazos, que es momento «de salir, de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra.
Esta Iglesia de Cartagena no se va a quedar detrás, sino que se hace eco de sus palabras y vamos a viabilizar el tema de las viviendas, las que podamos en este momento, porque la Diócesis no es muy rica en patrimonio, para ese fin, a la vez que le pido a los murcianos que aquellos que puedan y quieran colaborar lo hagan. Yo hablaré con Cáritas, para que sea esta institución la que coordine nuestra oferta y colaboraremos fundamentalmente en esta iniciativa que el Papa ha dicho».