Vicente Ortells: «Cáritas es amor y entrega desinteresada por la búsqueda del bien social»

Diócesis de Cádiz-Ceuta
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La diócesis de Cádiz y Ceuta es el resultado de la unión de la Gadicensis y Septensis bajo un único obispo titular, proceso que se inició en 1857 y culminó en 1933. Es sufragánea de la Archidiócesis de Sevilla y no tiene enclaves territoriales en otras diócesis ni de otras en su demarcación.

En un contexto social cada vez más complejo, las organizaciones como Cáritas Diocesana de Cádiz juegan un papel fundamental en la atención a las personas más vulnerables. Cuando se cumplen cinco años de su nombramiento como director, Vicente Pablo Ortells Polo ha liderado la labor de la entidad en un periodo marcado por grandes desafíos, como la pandemia de COVID-19 y las crisis sociales que afectan a miles de familias. En su quinto aniversario al frente de Cáritas Diocesana de Cádiz, Ortells nos comparte su experiencia, su visión sobre el trabajo de Cáritas y los aprendizajes que ha adquirido a lo largo de estos años. Además, reflexiona sobre el papel crucial de los equipos de trabajo y voluntarios, y nos ofrece una mirada hacia el futuro de la organización y su compromiso con la transformación social.

Sobre su experiencia y visión

¿Cómo recuerda el momento en que fue designado director de Cáritas? ¿Qué retos percibió al inicio?
Lo recuerdo como una sorpresa. El que pensaran en mí, cierto es, que me llenó de entusiasmo por esta nueva etapa en mi vida tan novedosa como interesante. Nunca había contemplado recibir una propuesta de tanta responsabilidad y compromiso. Partiendo que mi profesión no tiene nada que ver con el funcionamiento de Cáritas. Acepté el reto desde mi vocación de servicio a la Iglesia, con el compromiso de dar lo mejor de mí en todo lo que se me requiera.

Desde el primer momento los retos más importantes y necesarios fueron la captación de donaciones para realizar nuestra labor social y poder llevar a cabo todos nuestros proyectos de ayuda. También la necesidad de aumentar el número de voluntarios y darles, si cabe, más apoyo y fomentar su acompañamiento. Otro reto importantísimo es hacer llegar el mensaje y la labor de Cáritas a los jóvenes para que tomen conciencia y piensen en implicarse en nuestros proyectos de ayuda a personas vulnerables y que lleguen a un compromiso con Cáritas. Otro reto es mejorar la coordinación con otras entidades de la Iglesia con las que compartimos nuestra misión.

¿Qué ha sido lo más satisfactorio y lo más difícil de estos cinco años al frente de Cáritas?
Lo más satisfactorio fue encontrarme con un personal técnico contratado altamente capacitado y cualificado, y un voluntariado excepcional, que están haciendo que esta etapa en mi vida sea muy interesante y especial. Además de encontrarme en este camino con muchas personas buenas y caritativas.

Y lo más difícil fue verme metido de lleno en una emergencia sanitaria como fue la pandemia con todas las dificultades que supuso para las personas en situación de pobreza y exclusión social, a los dos meses de tomar posesión. Fueron momentos trágicos para muchos, yo mismo estuve enfermo y apartado de mi labor, pero gracias al equipo de trabajo de Cáritas pudimos hacer frente a las necesidades que se nos fueron planteando.

Sí tuviera que definir en una frase su visión de Cáritas, ¿cuál sería?
Permíteme que haga una breve reflexión: Si tenemos en cuenta que Cáritas representa el abrazo de la Iglesia a los empobrecidos, una mirada de compasión a la realidad de su sufrimiento y el de nuestro alrededor, Caritas no se queda ahí, sino que adopta una actitud dinámica y se pone en marcha para atender esa necesidad y ayudar al que lo necesita, desde el amor y la entrega. Por todo ello una buena frase para definirla sería: “Cáritas es amor y entrega desinteresada por la búsqueda del bien social”

¿De qué manera siente que ha podido influir personalmente en la labor de Cáritas?
En toda organización se pueden presentar momentos críticos de desacuerdos, que lejos de ser una debilidad, suponen un aprendizaje para todos. En esas situaciones creo que aporto calma, no suelo alterarme con facilidad, abogo por el diálogo y el entendimiento. Aunque esto lo tendrían que decir los demás. Personalmente me considero una persona cercana y empática. Y creo que por mi forma de ser he podido contribuir a tender puentes y allanar escollos que nos pueden hacer perder energías en nuestra labor de ayuda.

¿Qué papel han jugado los equipos de trabajo y los voluntarios en el logro de los objetivos de Cáritas durante este tiempo?
Todo, son el todo. Son el alma de Cáritas. Sin ellos sería imposible enfrentar las dificultades y retos en las que se ven inmersas día a día muchas personas. El voluntariado como los técnicos contratados consiguen que Cáritas lleve a cabo un servicio permanente de atención social. El equipo humano de Cáritas tiene una vocación de servicio que está íntimamente ligada a su fe. Cuando atienden a una persona piensan que están acogiendo a Jesús de Nazaret, esto supone un soporte espiritual que no tiene fin. Cáritas nunca cierra.

Sobre la evolución de Cáritas

¿Cómo ha cambiado la realidad de las personas a las que Cáritas acompaña en este tiempo?
Las dificultades siempre son las mismas, falta de empleo o precariedad laboral, falta de ingresos, cargas familiares, problemas de salud… pero van apareciendo situaciones complejas y de difícil solución, como por ejemplo la brecha digital, que representa un mundo a la hora de tratar con las administraciones para personas que ni siquiera disponen de un ordenador. Otro importante es el tema del acceso a la vivienda. Se ha convertido en un serio problema. Si para personas con recursos se les está poniendo difícil la situación, para las personas sin ellos se puede imaginar en el desamparo que se encuentran.

¿Qué avances destacarían en los programas de Cáritas Diocesana? ¿Ha habido algún área que haya enfrentado mayores dificultades?
Destacaría el talante vivo que tienen, por la capacidad de adaptación con la realidad social que nos toca vivir. Nos centramos, principalmente, en la atención a familias en situación de vulnerabilidad y/o exclusión social, atención a personas sin hogar y el acompañamiento a personas desempleadas que necesitan mejorar su empleabilidad. Son acciones permanentes que atienden situaciones que necesitan de procesos largos de recuperación. El pasado año, dimos un paso importante implantando un sistema de calidad en los Servicios Generales para el mejor funcionamiento de todos los programas de Cáritas.

Podríamos decir, por sus características especiales, que el área que presenta mayor dificultad es el de las personas sin hogar, necesitan un largo periodo de recuperación y no siempre consiguen salir de esa situación a pesar de la formación y orientación que Cáritas les proporciona.

¿Qué impacto considera que han tenido las crisis sociales, especialmente la COVID-19 en las acciones de Cáritas?
La realidad social de las últimas décadas ha sido muy dura para un amplio sector de la población. La gran crisis económica de principios del siglo XXI supuso un drama para miles de familias. Cuando parecía que la situación mejoraba para muchas de ellas, la COVID19 provocó su vuelta a la pobreza arrastrando a muchas nuevas personas y familias a una situación de dificultad grave. Cáritas siempre está donde se la necesita, si no llegaban los recursos, dependiendo de las circunstancias, se buscaban. Porque Cáritas está presente antes, durante y después, preparada para enfrentar cualquier situación adversa. Nuestra preocupación es que, tras cada crisis, hay un importante porcentaje de personas y familias que no recuperan su situación anterior o tardan años en vislumbrar una vida sin necesidad de ayudas de entidades públicas o privadas.

¿Cómo ha evolucionado la percepción de Cáritas en la sociedad y dentro de la Iglesia?
Cáritas Diocesana de Cádiz cumple este año 70 años al servicio de los pobres y la transformación social. Actualmente, somos una identidad reconocida. La sociedad nos valora y, por supuesto, Cáritas es la Iglesia, que está con las personas en situación de pobreza. Las personas conocen a Cáritas y confían en nuestro trabajo y en la Iglesia. Somos totalmente transparentes y eso es fundamental para que confíen en nosotros y estén dispuestos siempre a colaborar con nuestros proyectos. De todos modos, todavía hay personas que no saben realmente lo que hacemos. En ese aspecto tenemos que seguir mostrando a Caritas tal como es y cómo funciona. Puesto que nos encontramos en muchas situaciones en las que cuando explicamos qué hacemos en distintos campos de la intervención social, hay sorpresas ya que piensan que la labor de Cáritas solo consiste en dar de comer y en dar ropa. Esos son nuestros orígenes, allá por los años cincuenta del siglo XX, pero, aunque Cáritas siempre atenderá las necesidades básicas, no podemos quedarnos en ellas y, por eso tenemos otro tipo de acciones más encaminadas a la promoción social y laboral integral de las personas.

¿Qué aprendizajes se han derivado de las adversidades enfrentadas en estos años?
Los graves retos que hemos vivido nos han enseñado a mirar de frente a la adversidad y ver qué trae consigo, analizarla y buscar soluciones. Hemos aprendido a buscar alianzas y coordinarnos con otros que también tienen nuestra misma visión y misión.
En el plano concreto de la ayuda, hemos aprendido que la mejor manera de colaborar con Cáritas es un donativo económico por pequeño que sea. De esta manera, nuestros proyectos tienen una continuidad y podemos apoyar procesos largos de recuperación. Con las donaciones económicas, podemos hacer llegar a las personas ayudas para que las puedan emplear en aquello que necesitan. Si este planteamiento lo extrapolamos a la ayuda a emergencias como la de las pasadas inundaciones, además de ayudar directamente, favorecemos la economía local, siendo un aspecto adicional en el proceso de ayuda.

Mirando hacia el futuro

¿Qué prioridades se marca Cáritas para los próximos años?
Las prioridades de Cáritas están íntimamente relacionadas con los retos que afrontan las personas en situación de mayor riesgo social. Como comentaba antes, uno de los grandes desafíos son el acceso a una vivienda, el empleo digno y la irregularidad administrativa de muchas personas.

No podemos olvidar que Cáritas no discrimina, siempre ayuda y, por tanto, tan hermanos nuestros son los de aquí como los que están en lugares lejanos. Por tanto, debemos seguir trabajando y colaborado con las familias afectadas por las inundaciones en España, así como en las crisis humanitarias internacionales y la cooperación fraterna con las Cáritas hermanas de otros países.

¿Qué retos considera que serán clave para Cáritas en los próximos cinco años?
Un reto importante para Cáritas y una tarea fundamental en la que tenemos que avanzar es en la incidencia política. Mirar la realidad desde los derechos humanos. Analizar qué derechos no se están respetando y cuáles son las nuevas pobrezas que se están generando. Ver de qué manera podemos reforzar esa incidencia política para que las políticas sociales y leyes que afectan a las personas cambien.

Esto es posible gracias al apoyo de nuestros voluntarios, trabajadores y colaboradores, por eso otro objetivo es reforzar el voluntariado y abrirnos a otras realidades como el mundo empresarial tan importantes para nosotros, para llevar a cabo esa transformación social en la que trabajamos.

¿Qué mensaje les daría a los voluntarios, trabajadores y benefactores que sostienen esta labor?
Un mensaje de gratitud y de reconocimiento porque el voluntariado, trabajadores y benefactores realizan una labor de unidad que se mueve sin esperar nada a cambio. Todos ellos son los representantes y el ejemplo de la puesta en práctica de una interesante cantidad de valores humanos que conjugan nuestro ser, el amor, la empatía, el compañerismo y la amistad. Ellos son el alma de todo lo que hacemos en comunidad.

Si tuvieras que plantear un sueño o anhelo para Cáritas, ¿Cuál sería?
Cáritas trabaja día a día, para lograr su sueño de alcanzar un tiempo donde todas las personas y pueblos sean respetados y vivan en condiciones de vida digna y puedan vivir en paz y en armonía al cuidado de la naturaleza. Mientras alcanzamos eses sueño, Cáritas tiene su lugar en el mundo que no es otro que allí donde existan personas que nos necesitan.

Plano personal

¿Cómo ha influido en su vida personal y espiritual estar al frente de Cáritas?
He ampliado mis conocimientos de las dificultades en las que se encuentran muchísimas personas para ser protagonistas de su propia historia. Todo ello me ha hecho ser mejor persona.

¿Qué experiencias concretas le han marcado más en este camino de servicio?
El sufrimiento y la impotencia de no poder hacer nada en ciertas ocasiones.

Si pudiera hablar con usted mismo al inicio de su gestión, ¿Qué consejo se daría?
Me diría que escuche más a los demás. Escuchar es el primer paso para conocer y entender y luego, poder actuar.

En estos cinco años, ¿hay algún momento que haya vivido como un verdadero signo de esperanza?
La Caridad y la generosidad que hay en el corazón de muchas personas en momentos difíciles. No estamos solos. Hemos vivido todos momentos de esperanza y gran satisfacción, el ver como en situaciones críticas y de emergencia, como han sido la COVID19, la guerra de Ucrania, los terremotos, la DANA, la sociedad y las empresas gaditanas se ha movilizado y ha contribuido de forma generosa y solidaria con Cáritas, siempre nos ayudan.

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